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La mejor tierra para cultivar cannabis autofloreciente
Las variedades de cannabis autofloreciente son conocidas por ser resistentes y fáciles de cultivar. Pese a su bajo mantenimiento y naturaleza independiente, se pueden beneficiar de suelos y nutrientes optimizados para alcanzar su máximo rendimiento y calidad.
Las variedades de cannabis autofloreciente son conocidas por ser la opción fácil cuando se trata de cultivar hierba. Caracterizadas por su naturaleza robusta, su rápido crecimiento y su capacidad de florecer sin cambiar el ciclo de luz, se han convertido en una opción muy extendida tanto entre cultivadores principiantes como entre los más avanzados. Estas cepas resistentes suelen necesitar poco mantenimiento y dejan un margen para el error. Sin embargo, si buscamos una cosecha abundante y cogollos de máxima calidad, es necesario cumplir ciertos requisitos. Uno de ellos, elegir la tierra adecuada.
Las cepas autoflorecientes contienen genética ruderalis, una subespecie que evolucionó y que se ha adaptado a condiciones climáticas extremas y a los ciclos de luz de regiones muy lejanas al ecuador. Esta evolución, sumada a la naturaleza robusta de las variedades autoflorecientes, significa que tampoco serán demasiado exigentes con el suelo. Sin embargo, para ayudarlas a alcanzar su máximo potencial, deberemos aplicar una mezcla de tierra óptima.
Tierra ligera y aireada
Las cepas autoflorecientes prefieren una tierra ligera y aireada con menos nutrientes de lo que buscan las variedades fotoperiódicas. Lo mejor es comprar una tierra ligera específica para marihuana (por ejemplo, Lightmix) o hacer tu propia mezcla de tierra, en lugar de comprar una mezcla de tierra de una tienda de jardinería corriente, ya que podría ser demasiado rica en nutrientes como el nitrógeno.
Una tierra muy compacta estresará a las variedades autoflorecientes, impidiendo que sus raíces tengan acceso a la cantidad necesaria de oxígeno. Las raíces también pueden tener problemas para penetrar y crecer a través de un medio demasiado compacto.
Esta receta básica nos proporcionará un suelo mixto que contendrá los nutrientes adecuados, así como todos los materiales que nos ayudarán a mejorar la aireación de la tierra.
- 3 partes de musgo de turbera
- 3 partes de compost

- 2 partes de perlita ya húmeda
- 1 parte de vermiculita ya húmeda


No te pases con el fertilizante
Las cepas autoflorecientes suelen ser bajitas y compactas, un rasgo genético heredado de la subespecie ruderalis. Esta característica, junto a su rápido crecimiento, significa que las cepas autoflorecientes en realidad no necesitan tantos nutrientes adicionales.
La mayoría de las autos pasan en la fase vegetativa un corto período de tiempo, lo que significa que no necesitarán una gran cantidad de nutrientes para vegetación, como el nitrógeno. Por eso, añadir demasiado puede quemar las variedades autoflorecientes, así que abónalas sin pasarte.
Durante la fase del plantón, tus plantas autoflorecientes no necesitarán ningún fertilizante. Los cultivadores pueden empezar a suplementar a las dos semanas de la cosecha, pero haciéndolo de forma ligera para evitar dañar el cultivo.
Incluso en la fase de floración, las variedades auto no necesitan una gran cantidad de abono extra. Se pueden usar potenciadores y suplementos de floración, pero con la idea de que "menos es más". Presta mucha atención a tu cultivo y aplícalo cuando lo consideres necesario.
PH del suelo
La escala de pH es una medida para conocer el grado de acidez o alcalinidad de una sustancia. La escala cuenta con 14 valores, de las que 7 son neutras, por debajo de 7 son ácidos y por encima alcalinos. El suelo puede variar en pH, y diferentes plantas se desarrollan mejor en diversos niveles. Las variedades auto son similares a las fotoperiódicas en que prefieren un suelo ligeramente ácido.
Como cultivador debes intentar mantener su suelo dentro de un intervalo óptimo de pH de 6,0 a 6,5. Si compras sustrato, asegúrate de que es un producto adecuado en términos de acidez. Si necesitas regular el pH de tu suelo, hay muchos productos disponibles para conseguirlo.
Microorganismos
La tierra en la que están creciendo tus plantas autoflorecientes no es solo un medio en el cual las raíces se asientan mientras que la propia planta crece, es mucho más que eso. El suelo es una especie de red de vida diversa y próspera que incluye organismos simbióticos y plagas por igual.
Tanto si estás cultivando tus plantas en interior, dentro de un cuarto de cultivo o en armario, o al aire libre en invernaderos o bancales de tierra, puedes suplementar tu suelo con microorganismos beneficiosos.
Como todos los cultivadores saben, especialmente aquellos que cultivan en exterior, hay muchas plagas con un gran apetito por las hojas, raíces, tallos y flores frescas de cannabis. Estas criaturas tienen diversas formas, y muchas de ellas viven en el suelo. Los nematodos pueden ser un problema, ya que comen las raíces de cannabis tanto por dentro como por fuera.
Los cultivadores pueden complementar su suelo con nematodos depredadores que justamente se alimentan de estos invasores y reducen su número dentro del rizoma.
Otro microorganismo que beneficiará al suelo de tus plantas autoflorecientes son los hongos micorrícicos. Este tipo de hongos forman una relación simbiótica con las raíces de tus plantas. Las raíces producen exudados, un tipo de excreciones que incluyen azúcares. Los hongos beneficiosos se adhieren a las raíces y se alimentan de estos azúcares. Como contraprestación, actúan como una extensión del sistema radicular, extendiéndose sobre una superficie mayor de la que la planta podría alcanzar por sí sola, transportando nutrientes desde más lejos.
Además de ayudar a las plantas a conseguir más nutrientes del suelo, los hongos microrrícicos pueden ayudar a atrapar y exterminar plagas, como los nematodos.