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By Max Sargent


No se puede negar que la legislación sobre la marihuana en Occidente es cada vez más flexible, especialmente en el consumo medicinal. Sin embargo, sigue existiendo una estigmatización social en torno a la marihuana, incluso hacia los consumidores medicinales. Y, de momento, está bastante presente.

Pero, ¿de dónde viene, por qué persiste y en qué pruebas (en caso de haberlas) se basa?

¿De dónde viene la estigmatización de la marihuana?

A veces, puede parecer que la marihuana ha sido rechazada desde siempre, y que es ahora cuando empieza a cambiar la actitud que tiene la gente hacia ella. Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la realidad. La marihuana ha sido apreciada por casi todas las culturas con las que ha estado en contacto durante miles de años.

Los primeros usos de la marihuana se remontan a China y la India, donde se cree que jugó un papel importante en sus culturas ancestrales. De hecho, en el norte de la India, la marihuana se sigue utilizando de forma habitual en ceremonias como actos religiosos.

Incluso en lugares donde la marihuana es ilegal y en países que imponen penas especialmente severas en su contra, la hierba se sigue consumiendo con mucha frecuencia, aunque sea de forma ilegal.

Entonces, teniendo en cuenta que se trata de una planta tan apreciada, ¿por qué algunas personas la odian tanto?

  • El comienzo de la legislación contra la marihuana

Más o menos, la base de toda la legislación antidrogas a nivel mundial fue la Convención Internacional del Opio de la Sociedad de las Naciones de 1925. El objetivo era, principalmente, frenar el consumo indebido de opio/heroína y cocaína, que estaba muy extendido, ya que no eran sustancias controladas. Sin embargo, la marihuana pasó a formar parte de la misma clasificación.

Después de este evento, la actitud general hacia la marihuana se deterioró rápidamente, y la mayoría de analistas vieron a EE.UU. como líder de la prohibición. En Estados Unidos, las actitudes hacia la marihuana comenzaron a cambiar alrededor de 1900. Hasta ese momento, la marihuana/cáñamo había sido uno de sus cultivos más valiosos.

A partir de entonces, los medios estadounidenses comenzaron a demonizar y estigmatizar el consumo de marihuana, atribuyéndole violencia, delincuencia y depravación sexual. Esta propaganda anticuada sobre la marihuana se transformó en muchos de los estereotipos negativos y dañinos que giran alrededor de la planta hoy en día.

Curiosamente, California fue el primer estado en prohibir legalmente la marihuana, en 1913. Muchos estados y ciudades siguieron su ejemplo. Después, durante la Gran Depresión de la década de 1930, Harry J Anslinger, el primer comisionado de la Oficina Federal de Narcóticos (FBN), intentó echar la culpa del colapso del país a "los negros, hispanos, filipinos y artistas", indicando el consumo de marihuana como la causa de "su música satánica, jazz y swing" y afirmando que "la marihuana hace que las mujeres blancas busquen relaciones sexuales con negros, artistas y cualquier persona".

Luego, en 1996, California, que había sido el primer estado en prohibir el consumo de marihuana, legalizó su consumo para casos médicos crónicos. Empezaba la lucha a favor de la marihuana medicinal. Por fin, la tendencia comenzaba a cambiar y, desde entonces, la prohibición de la marihuana ha ido perdiendo terreno en todo el mundo occidental.

El comienzo de la legislación contra la marihuana

Comprender la estigmatización

La estigmatización es un concepto complejo que involucra relaciones entre individuos, individuos y estado, individuos y cultura, e individuos y sus propias comunidades (como los grupos religiosos).

La estigmatización no es una cuestión única y de carácter binario, que pueda existir o no existir. Hay quienes sostienen que la estigmatización alrededor de la marihuana ha desaparecido y que se ha normalizado[1]. Sin embargo, los críticos dicen que estas afirmaciones son generalizaciones simplificadas y producidas por subgrupos más pequeños de la sociedad en los que el consumo de marihuana se ha arraigado y aceptado.

Por ejemplo, aunque la población más joven puede que haya aceptado el consumo de marihuana medicinal o recreativa como una parte normal de la vida cotidiana, no significa que toda la sociedad lo haya hecho.

La estigmatización se define más o menos[2] como "una parte del yo que está socialmente devaluada hasta tal punto de ser considerada moralmente ofensiva". La normalización es básicamente la negación de esto, pero no al revés. Que algo se normalice no significa que se vuelva moralmente válido y virtuoso, sino que simplemente se acepta sin juicio moral.

La estigmatización puede surgir de muchas formas. En general, existen estigmas sociales e institucionales.

Los estigmas sociales son cuestiones de juicio moral culturalmente entendidas y compartidas entre grupos de personas. Los estigmas institucionales son los que se promulgan por el estado, como la política antidrogas y la criminalización de los consumidores de drogas.

Ahora bien, no es habitual que existan de forma independiente, al menos durante mucho tiempo. Mientras la ley prohíba una conducta, salvo en circunstancias extraordinarias, habrá amplios sectores de la sociedad que estén de acuerdo con ella, convirtiendo un estigma institucional en social. Entonces, estos estigmas sociales pueden mantener los estigmas institucionales, ya que adoptar una línea estricta con la estigmatización es una buena manera de ganar votos. Además, los medios de comunicación tienden a alimentar estos puntos de vista.

Asimismo, los estigmas individuales no existen en un mundo propio. Los estigmas y prejuicios no relacionados pueden agravarse para crear una suma potencialmente mayor que sus partes. Por ejemplo, la estigmatización de la marihuana y la estigmatización racial. Las personas que pertenecen a una raza que está sujeta a prejuicios sociales o institucionales tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de los efectos amplificados de la estigmatización de la marihuana, en comparación con el resto.

En lo que respecta al consumo medicinal, podemos ver cómo los estigmas sociales perduran más allá de los estigmas institucionales. En los países donde las leyes han cambiado para permitir el consumo medicinal de productos a base de marihuana, los consumidores medicinales siguen siendo víctimas de una estigmatización social duradera.

Pero también existe una parte positiva. A medida que el consumo de marihuana medicinal siga normalizándose en ciertos sectores de la sociedad, es probable que la actitud general también se suavice. Esto, junto con la creciente investigación que respalda el potencial medicinal de la marihuana, debería, con el tiempo, reducir los estigmas institucionales contra el consumo de marihuana medicinal.

Comprender la estigmatización

¿Cómo afecta la estigmatización al consumidor de marihuana medicinal?

A pesar del gran cambio de actitud hacia la marihuana medicinal, su consumo todavía se encuentra bastante oposición. La estigmatización de la marihuana está muy extendida, a pesar de que cada vez hay más pruebas que demuestran su eficacia en muchos aspectos. Incluso en países donde la marihuana medicinal es legal, su prescripción suele ser poco frecuente y está sujeta a muchos controles.

Y a pesar de que los consumidores de marihuana medicinal pueden acceder legalmente a la marihuana como tratamiento, siguen encontrándose con una fuerte resistencia cultural contra su consumo. La estigmatización de la marihuana es profunda, así que es casi imposible para mucha gente creer en su eficacia medicinal.

Algunos de los muchos problemas a los que se enfrentan los consumidores de marihuana medicinal son:

  • Proliferación mediática de la estigmatización de la marihuana

Incluso hoy en día podemos encontrar titulares extraños como "...el primer británico conocido por contraer Covid murió después de tomar éxtasis, marihuana y pastillas y compartir una botella de Jack Daniel's...", que parece implicar la marihuana en la pandemia de COVID-19. Es más, la mención de "éxtasis" y "píldoras" como si fueran dos cosas separadas pone de manifiesto la ignorancia del autor o un engaño deliberado. Si añadimos la deficiencia general en la estructuración de las frases, debemos preguntarnos: ¿estos titulares defienden toda la verdad?

Otros titulares contraproducentes, como "uno de los principales psiquiatras de Gran Bretaña advierte que la legalización de la marihuana podría dar lugar a un número creciente de personas que sufren psicosis de forma similar a la esquizofrenia" y frases ingeniosas como "la terrible verdad sobre los planes del alcalde de Londres para legalizar la marihuana es que es su idea más estúpida hasta la fecha”, continúan alimentando la estigmatización cultural contra el consumo de marihuana.

  • Convertir a los pacientes en delincuentes

Las consecuencias de esta continua estigmatización son más graves que el simple hecho de no poder conseguir hierba de mayor calidad en una tienda. En su forma más perversa, significa que a los consumidores medicinales legítimos que sienten que la marihuana es un tratamiento médico efectivo, se les niega el poder conseguir esta sustancia de forma legal y segura y, en su lugar, deben comprarla o cultivarla ilegalmente.

Entonces, dependiendo de dónde viva una persona, no solo tendrá que sufrir su enfermedad, sino que podría correr el riesgo de sufrir también repercusiones legales basadas en prejuicios arcaicos.

Cultivar o comprar marihuana de forma clandestina será más fácil para unas personas que para otras. Si los consumidores tienen familiares y amigos que aceptan y apoyan estas prácticas, puede que no les salga tan mal. Sin embargo, si el entorno de personas cercanas cree que la marihuana es realmente la lechuga del diablo, una condición ya de por sí aislada podría volverse aún peor, poniendo en riesgo las relaciones y creando la necesidad de tener que hacer algo obligatoriamente en secreto, como una persona drogadicta.

Convertir a los pacientes en delincuentes

  • Argumentos en contra: ¿está la marihuana realmente libre de riesgos?

Por supuesto, existen preocupaciones fundadas en torno a la legalización de la marihuana, a pesar de que se amplifiquen más de lo que nos gustaría.

Aunque los argumentos más convincentes sobre la legalización se centran en los efectos medicinales de la marihuana, también lo hacen quienes presionan para que haya más controles. Muchos estudios investigan los posibles beneficios medicinales[3] de la marihuana, pero también parece que la hierba podría tener efectos perjudiciales para la salud. En los jóvenes predispuestos a la esquizofrenia, el consumo de marihuana parece aumentar la probabilidad de psicosis[4]. Asimismo, el adelgazamiento de los lóbulos frontales[5] es evidente en los consumidores crónicos.

Así que está claro, tomar toda la marihuana que nos apetece no es lo más apropiado. No obstante, ¿son estos efectos negativos razón suficiente para negar a los pacientes el acceso a un posible tratamiento?

  • El consumo de marihuana medicinal en la actualidad: ¿cómo está cambiando?

Es bueno creer que, al final, la verdad triunfará. A pesar de que todavía quedan grandes focos de resistencia, el consenso general parece estar cambiando hacia una situación en la que, probablemente, la marihuana en realidad es buena y no una planta malvada con raíces que absorben los nutrientes del infierno y fomentan orgías depravadas entre, Dios no lo quiera, personas de diferentes razas.

Desde hace algún tiempo se han ido acumulando pruebas a favor de las posibles aplicaciones medicinales de la marihuana. En Estados Unidos, muchos estados han legalizado la marihuana para consumo medicinal y recreativo. Canadá ha legalizado totalmente su consumo, al igual que Uruguay. En Europa, se ha despenalizado el consumo recreativo en España, Portugal y los Países Bajos. Y el consumo medicinal ya es legal de alguna manera en muchos países europeos (aunque en algunos casos esto puede referirse solo a variedades ricas en CBD).

Además, las plantas de marihuana clasificadas como "cáñamo", aquellas con menos del 0,3% de THC según la ley federal de EE.UU. y 0,2% según la legislación de la UE, están disponibles en todo el mundo occidental, lo que ha provocado un enorme crecimiento en el consumo de otros cannabinoides, como el CBD.

Así que, aunque puede que la legalización a gran escala esté muy lejos para algunos países, en estos momentos el acceso a la marihuana es más permisivo de lo que lo ha sido durante mucho tiempo.

El dinero manda, y si algo hace que los gobiernos se muevan, es la posibilidad de recaudar más dinero. La inversión en el sector de la marihuana nunca ha sido tan alta. Londres, por ejemplo, actualmente está atrayendo la mayor cotización de acciones de cannabis de Europa, a pesar de que la marihuana rica en THC sigue siendo ilegal en el Reino Unido. Si las grandes empresas comienzan a exigir una legislación más flexible sobre la marihuana, es probable que los gobiernos se vuelvan más permisivos repentinamente en sus actitudes.

El consumo de marihuana medicinal en la actualidad: ¿cómo está cambiando?

Consumo responsable de la marihuana medicinal

Para quienes quieren consumir marihuana como un posible tratamiento, es importante hacerlo de una manera segura y responsable, como cualquier sustancia. Para quienes tienen la suerte de poder elegir el producto que consumen, lo más probable es que aquellos con una proporción de THC respecto a CBD de 1:1 provoquen los efectos más equilibrados, ya que se ha demostrado que el CBD mitiga[6] algunos de los efectos negativos asociados al THC. .

Aunque la marihuana suele asociarse más a los porros, blunts y bongs, fumar no es la única forma de consumirla. De hecho, si estás consumiendo marihuana por sus beneficios para la salud, es mejor no inhalar humos de su combustión. Por lo tanto, si es posible, preparar comestibles o extracciones/tinturas sería una forma viable de tomar marihuana sin los efectos nocivos del fumar, que existen incluso aunque no añadas tabaco.

En lo que respecta a la dosificación, comienza con poco. Algunas cepas y productos de marihuana son mucho más fuertes que otros, así que si tienes poca tolerancia, ve poco a poco y observa cómo te sienta. Aunque las dosis altas no sean necesariamente peligrosas, el malestar estomacal y general son efectos secundarios comunes de una dosis excesiva, ¡y probablemente sean contraproducentes!

Eliminar el estigma de la marihuana medicinal: lo que depara el futuro

Aunque hay muchos problemas en el mundo actual, también es justo decir que vivimos en una época en la que al menos algunas personas reconocen los derechos del individuo. De hecho, la cultura occidental se basa en el concepto de los derechos individuales, la acción del individuo y la responsabilidad del individuo sobre sí mismo.

Incluso si estos conceptos son algo ingenuos, tenemos que preguntarnos: ¿prohibir una planta generalmente segura con potencial medicinal realmente encaja con estos ideales? ¿No debería el individuo poder decidir por sí mismo si probar la marihuana como un posible tratamiento para su enfermedad sin el riesgo de sufrir fuertes sentencias de cárcel o el juicio de la sociedad?

Dadas las sociedades supuestamente liberales en las que vivimos, ¿no parece una prohibición un poco infundada y extraña?

Fuentes Externas
  1. SAGE Journals: Your gateway to world-class journal research https://journals.sagepub.com
  2. A qualitative review of cannabis stigmas at the twilight of prohibition https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  3. Therapeutic Effects of Cannabis and Cannabinoids - The Health Effects of Cannabis and Cannabinoids - NCBI Bookshelf https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  4. Cannabis use and the risk of developing a psychotic disorder https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  5. Long-Term Effects of Cannabis on Brain Structure https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  6. A systematic review of the antipsychotic properties of cannabidiol in humans - PubMed https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
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