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Fumar o vapear las cepas de cannabis adecuadas coloca un montón, pero los comestibles van un paso más allá. La ingesta del THC lo convierte en una molécula que dura mucho más y produce unos efectos casi psicodélicos. Aquí te ayudamos a descubrir por qué los comestibles son mucho más fuertes que otros métodos, y te enseñamos a prepararlos.
Índice:
Tras utilizar el cannabis durante miles de años, el ser humano ha desarrollado muchas maneras distintas de consumirlo. Desde los métodos más minimalistas como la pipas y los porros, hasta los más complejos y tecnológicos, como los vaporizadores o los concentrados extraídos con CO₂.
Durante todo este tiempo, los comestibles de marihuana han continuado siendo una de las formas más potentes de consumir hierba. Este método de administración altera la estructura del THC e intensifica considerablemente la potencia de la molécula.
A pesar de ofrecer los subidones más fuertes del mundo cannábico, los comestibles son muy fáciles de elaborar. El proceso se asemeja al de cocinar un lote normal de brownies, pasteles, etc., pero añadiendo cogollos o concentrados sobre la marcha.
En este artículo te informamos de todo lo que necesitas saber sobre el cannabis comestible. Sigue leyendo para descubrir por qué pega tan fuerte, la diferencia entre los comestibles de THC y de CBD, y nuestra interesante serie de recetas deliciosas.
En su forma más básica, un comestible de marihuana es cualquier snack, plato, comida, bebida, o cualquier otro tipo de alimento que lleva hierba. Las distintas civilizaciones han consumido cannabis de esta forma durante milenios. El bhang, por ejemplo, es una bebida con marihuana que se consume durante ciertos festivales hindúes, y se remonta por lo menos al año 1000 a.C.
Pero, más recientemente, los aficionados a la hierba han descubierto cómo hacer platos con cannabis. Lo que comenzó con space cakes y otros pasteles dulces en la década de los 60, se ha convertido en un mercado dinámico de snacks deliciosos y de alta cocina. La nueva legislación también ha allanado el terreno para los comestibles de marihuana, llevándolos de las cocinas de los aficionados a los mejores restaurantes y establecimientos comerciales.
La marihuana comestible permite que los consumidores tomen los fitoquímicos que están presentes en el cannabis de una forma muy distinta. Para empezar, a diferencia de cuando se fuma, la hierba ingerida pasa a través del aparato digestivo. Esto hace que el compuesto activo del cannabis, el THC, se transforme en una molécula que transporta a la mente a lugares nuevos. Esta sustancia se conoce como 11-hidroxi-THC.
En breve explicaremos más sobre esto, pero puede que te estés preguntando cómo ocurre esta transformación. Al fin y al cabo, el THC consumido por vía oral se somete a un proceso metabólico conocido como metabolismo de primer paso. Muchas drogas "pierden" potencia con este método de administración, pero con el THC ocurre todo lo contrario. ¿Qué sucede para que se produzca este aumento de psicoactividad?
Tras la digestión, el cuerpo lleva el THC al hígado para procesarlo. A su llegada, este órgano esencial metaboliza el THC en su derivado 11-hidroxi-THC. Esta sustancia vuelve a entrar en el torrente sanguíneo, se abre paso a través de la barrera hematoencefálica, y se une a los receptores CB1.
La marihuana ingerida y el 11-hidroxi-THC ejercen unos efectos únicos que les otorgan ciertas ventajas sobre el cannabis fumado o vapeado. Estos son los principales beneficios de los comestibles.
Incluso si ya tienes experiencia fumando cannabis, cuando prepares comestibles por primera vez, deberás tener cuidado con el THC. La diferencia entre el THC inhalado e ingerido sorprende a mucha gente, y si no te lo tomas con calma, te espera una mala experiencia.
A muchos cocineros caseros les gusta usar cogollos de marihuana secos y preparar una cannabutter muy versátil que se puede utilizar en casi todos los platos. Solo hay que sustituir la mantequilla o el aceite de coco por la cannabutter en cualquier receta que lleve esos ingredientes.
También se puede usar un aceite de THC ya preparado como fuente de cannabinoides instantánea. Se mezclan con la mantequilla o el aceite de la misma forma, y no hay que preocuparse de la descarboxilación, que es el proceso de calentar los cogollos para activar los precursores cannabinoides que contienen.
Antes de ponerte manos a la obra, tendrás que preparar el material. Sigue los sencillos pasos que se indican a continuación para asegurarte de tenerlo todo listo antes de empezar a crear magia en tu cocina.
Lo primero que tienes que hacer es elegir la cepa o aceite que vas a utilizar. Hay miles de variedades disponibles, cada una con sus propios efectos. Si quieres informarte más de las opciones que hay, consulta el catálogo de Royal Queen Seeds para encontrar tu variedad ideal. Si prefieres empezar el proceso usando aceite, echa un vistazo a nuestra gama de aceites de espectro completo extraído con CO₂ y sometidos a pruebas independientes. Para comprar aceites con un contenido de THC alto, visita un dispensario o un club de cannabis.
Antes de empezar a cocinar, deberás preparar tus cogollos de manera adecuada. Tras secar y curar tus flores después de la cosecha, utiliza un grinder para triturarlas, tal y como lo harías antes de fumar o vapear. Esto aumenta la superficie del material vegetal, lo que hace que la activación sea más eficiente.
Y hablando de activación, aunque la hierba triturada huele de maravilla, en realidad aún no contiene nada de THC ni CBD. Increíble, ¿no te parece? Están presentes como ácidos cannabinoides en forma de THCA y CBDA. Estas moléculas tienen sus propios efectos, pero actúan de una forma ligeramente distinta a sus cannabinoides correspondientes.
El proceso de descarboxilación convierte el THCA en THC y el CBDA en CBD. Suena muy técnico, pero como hemos dicho antes, simplemente consiste en calentar los cogollos. Solo tienes que poner tu marihuana triturada en una bandeja para el horno, y calentarla a 110°C durante 45 minutos.
Cuando lo hayas hecho, utilízala para hacer cannabutter o aceite de marihuana, y continúa con la receta de lo que estés preparando.
Los comestibles no son solo una forma fantástica de introducir más THC en tu organismo. Los comestibles ricos en CBD ofrecen dosis altas de este cannabinoide no psicoactivo. Estas deliciosas opciones son una alternativa lúcida para consumidores con fines tanto medicinales como recreativos. A diferencia del THC, el CBD permanece prácticamente intacto durante la digestión, y no se transforma en una molécula más potente y duradera.
El proceso de hacer comestibles con CBD y THC es casi idéntico. Pero hay algunas diferencias importantes que merece la pena mencionar. Lo principal es elegir el material inicial adecuado.
Cocinar con cogollos secos te permite preparar tus recetas desde cero. Esto hace que el proceso sea mucho más gratificante para algunas personas, y también ofrece una mayor flexibilidad en cuanto a la dosis, el sabor y los efectos.
No te olvides de comprobar el perfil cannabinoide de cada cepa para que tengas una idea de sus efectos. Y fíjate también en el perfil terpenoide, para saber cómo afectará al sabor de tu receta. Podrás elegir entre afrutado, dulce, especiado, terroso, agrio, etc.
Cocinar con aceite de CBD, igual que en el caso del de THC, acelera el proceso. En lugar de elaborar tu propio extracto, puedes añadirlo directamente a tus recetas y platos favoritos. Para sacar el máximo provecho a tus platos con cannabinoides, deberás conseguir un aceite de la mejor calidad posible. Pero en un mercado tan saturado, el estándar del CBD varía mucho. Te recomendamos buscar tres aspectos que garantizan un producto de calidad.
En primer lugar, elige un aceite de espectro completo, ya que estas fórmulas contienen todos los compuestos beneficiosos de la marihuana, no solo CBD. En segundo lugar, busca aceites extraídos con CO₂, porque este método de preparación maximiza la concentración de los fitoquímicos deseados y deja atrás todo lo demás, posibles contaminantes incluidos. Por último, elige un aceite de CBD que haya sido analizado en un laboratorio independiente; este proceso confirma la ausencia de residuos químicos y metales pesados.
Tomar una dosis adecuada aumenta las probabilidades de disfrutar de una experiencia agradable, y minimiza el riesgo de excederte. Calcula la dosis apropiada de tus comestibles con THC para evitar un mal viaje. Determinar la cantidad adecuada de CBD también te ayuda a saber cuál es tu punto ideal entre no sentir nada y relajarte demasiado, aunque, afortunadamente, no tendrás que preocuparte de colocarte demasiado.
¡Ya puedes preparar comestibles en casa! La elaboración de tus propios comestibles es una experiencia muy satisfactoria y gratificante, y te hace estar más cerca de ser un consumidor de marihuana autosuficiente. Pero recuerda lo que hemos recalcado. Los comestibles son algo serio. Un bocado de más podría provocarte una sensación mental intensa y, a veces, desagradable. Consúmelos despacio y con moderación para sacar el máximo partido a tus creaciones con marihuana.