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Historia y situación actual del cannabis en Sudáfrica
La larga y complicada historia de la marihuana en Sudáfrica culminó con la legalización parcial de esta sustancia en 2018. Los cambios recientes en las leyes sobre el consumo de cannabis con fines recreativos y medicinales están impulsando la creación de un sector cannábico en el país.
Sudáfrica ha tenido una historia larga y complicada con la marihuana. A pesar de esto, se estima que en 2008 unos 3,2 millones de sudafricanos consumían cannabis, conocido localmente como “dagga”. Además, Sudáfrica es muy conocida por su rol en el comercio mundial de marihuana. Según estimaciones de la Interpol, Sudáfrica es el cuarto productor de cannabis del mundo. Esta agencia también estimó que un tercio del cannabis interceptado en todo el planeta procede de este país.
En 2018 se legalizó el consumo privado y personal de marihuana. Sin embargo, todavía hay cierta confusión sobre los efectos reales de la nueva legislación. A pesar de que la venta y el consumo de marihuana a nivel público siguen siendo ilegales, la comercialización del cannabis ya ha comenzado. Las empresas se están preparando para un gran flujo de turistas en los próximos años; pero qué forma adoptará esto, o qué rentabilidad tendrá, son cuestiones aún por resolver.
HISTORIA DEL CANNABIS EN SUDÁFRICA
La historia documentada del cannabis en Sudáfrica se remonta al siglo XVII, cuando los holandeses empezaron a comerciar con las tribus locales. En 1680, ya empezaron a introducir las primeras leyes prohibitivas. Con el objetivo de monopolizar el mercado cannábico, la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales prohibió el cultivo de marihuana a los colonos del Cabo. Sin embargo, dada la abundancia de esta planta en la naturaleza, y dada la disponibilidad del cannabis a través de las tribus indígenas locales, esta prohibición fue derogada en el año 1700.
En 1860, la Colonia de Natal había empezado a importar trabajadores de la India como mano de obra. Estos trabajadores llevaron consigo una serie de tradiciones, incluyendo el consumo de marihuana y hachís. Los colonos europeos estaban preocupados por el efecto de la planta sobre los trabajadores inmigrantes, creyendo que ralentizaba su ritmo de trabajo. Como resultado, en 1870 se prohibió el cannabis en la Colonia de Natal. Otras colonias siguieron su ejemplo y en 1908 la marihuana se prohibió en otras tres colonias sudafricanas.
En 1908, la percepción sobre el cannabis cambió de nuevo; en algunas colonias se produjeron ventas reguladas y en otras se efectuaron transacciones abiertas. Pero en 1921, en la Provincia Occidental del Cabo se generó un pánico moral en torno al consumo de cannabis. La unificación de las colonias para formar la Unión Sudafricana en 1909 permitió que este sentimiento se dispersara rápidamente. Así pues, en 1921 la balanza se inclinaba de nuevo a favor de la prohibición.
HISTORIA MODERNA DEL CANNABIS EN SUDÁFRICA
En 1922, la legislación que criminalizaba la posesión de sustancias adictivas prohibió el cannabis en la Unión Sudafricana. Bajo esta normativa, se declararon ilegales el cultivo, la posesión y la venta de marihuana. En el año 1925, el cannabis se ilegalizó internacionalmente cuando el “Comité Consultivo sobre el Tráfico del Opio y otras Drogas Nocivas” de la Sociedad de Naciones incluyó esta planta en una lista de narcóticos de contrabando.
En 1937 se introdujo una ley del cannabis, estableciendo una prohibición más amplia de la planta en Sudáfrica. Según esta legislación, los propietarios e inquilinos de las tierras eran directamente responsables de evitar el cultivo de marihuana en sus terrenos. La constante preocupación pública y política en torno al consumo de marihuana llevó a la aprobación de nuevas leyes, en 1971 y 1992, con el objetivo de restringir aún más el cannabis.
Los programas de erradicación del cannabis, patrocinados por el estado, existen en Sudáfrica desde la década de 1950. En los años 80, estos programas introdujeron la pulverización aérea de herbicidas vía helicóptero. Desde entonces se han producido varias iniciativas públicas contra el uso de herbicidas para ese fin, pero solo han generado pequeños cambios.
LA DEFENSA DEL CANNABIS EN SUDÁFRICA
Las reivindicaciones por la legalización de la marihuana en Sudáfrica han sido constantes desde principios del nuevo milenio. En el año 2000, la Ciudad del Cabo inició una “caminata cannábica” anual, que se realiza cada mes de mayo. Aunque inicialmente solo reunía a un centenar de participantes, en 2017 la cifra ascendió a casi 6.000 participantes.
En 2009, el activista cannábico Jeremy Acton fundó el Partido Dagga. La plataforma de este partido político afirma que los consumidores de marihuana deberían tener los mismos derechos que quienes consumen tabaco y alcohol. Su objetivo principal es elegir un representante que apoye la legalización del cannabis.
En febrero de 2014, el Dr. Mario Oriani-Ambrosini introdujo un proyecto de ley sobre Innovaciones Médicas. La intención de este médico, que había estado tratando su cáncer con marihuana, era que este proyecto de ley legalizara el uso medicinal e industrial del cannabis. En febrero de 2017, los esfuerzos de Oriani-Ambrosini llevaron directamente a la legalización de la producción de marihuana para fines médicos. Se espera que, gracias a esto, los productos de cannabis medicinal sean más accesibles y asequibles para los sudafricanos.
LA DESPENALIZACIÓN DEL CANNABIS EN SUDÁFRICA EN 2018
El 18 de septiembre de 2018, un juez del Tribunal Constitucional de Johannesburgo puso en marcha el engranaje para la legalización. El presidente del Tribunal Supremo, Raymond Zondo, legisló que los adultos puedan poseer marihuana para consumirla personalmente en privado. El tribunal también legalizó el cultivo de marihuana en el domicilio personal, para consumo propio. No se establecieron límites a las cantidades de cannabis que se pueden cultivar, poseer o consumir. El gobierno parlamentario tiene 24 meses para implementar los cambios legales necesarios.
Esta normativa aprobada por el Tribunal Constitucional solo se aplica a las residencias privadas. Los jueces argumentaron que la legislación cannábica sudafricana era inconstitucional, ya que invadía la esfera privada injustificadamente. Por lo tanto, esta nueva legislación no es válida para la esfera pública. La posesión, el consumo y la venta de marihuana a nivel público siguen siendo ilegales.
Hay cierta incertidumbre sobre el alcance de los efectos de esta normativa. Queda por ver qué pasará con los miles de sudafricanos encarcelados actualmente por posesión de marihuana. Por otro lado, los sudafricanos confían que esta legislación resulte en una reducción de la actividad delictiva y de las bandas. No obstante, la policía no espera ver ningún cambio significativo en la actividad criminal del país.
EFECTOS DE LA LEGALIZACIÓN EN LAS EMPRESAS
A pesar de que la venta de marihuana es ilegal, los informes sugieren que el negocio cannábico ya está en auge. En Sudáfrica está emergiendo todo un sector del cannabis. Abogados, consultores, vendedores especializados en material de cultivo, empresas de envasado y empresas de diseño son solo algunos de los primeros participantes en el mercado de la marihuana. Estos sectores se están preparando frenéticamente para el esperado aumento de la actividad en los próximos años.
Muchos analistas creen que esta legislación tiene el potencial de producir aumentos significativos en la manufacturación y la agricultura. Desde que fue aprobada esta normativa, ha habido un aumento considerable en las ventas de material de cultivo. Se cree que este flujo de negocios llevará a una mayor producción local y a un aumento de las importaciones de materiales para estas empresas. Además, las compañías hidropónicas están empezando a contratar más empleados locales, dando otro empujón más a la economía local.
Muchas de estas empresas intentan moverse por limbos jurídicos. Han surgido preguntas sobre varios aspectos de la comercialización, y cómo puede adaptarse a la legislación existente. Cualquier negocio que quiera beneficiarse de la legalización tendrá que tener en cuenta y gestionar las normativas sobre aspectos como la publicidad, el etiquetado y los derechos de reproducción.