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By RQS Editorial Team


Ese repentino deseo de comerte todo lo que hay en la nevera es uno de los efectos secundarios más agradables de consumir marihuana, que todo el mundo experimenta de vez en cuando. No solo aumentan tus ganas de comer, sino que también podrían apetecerte combinaciones raras de alimentos que normalmente ni te plantearías. Esa sensación de hambre tras consumir marihuana también se conoce como los “munchies”.

¿Pero alguna vez te has preguntado por qué sentimos más ganas de comer o la comida nos sabe mejor cuando estamos fumados? Vamos a intentar resolver el misterio de los munchies, y a descubrir por qué, a veces, tomar unas patatas asadas con mantequilla de cacahuete nos parece la mejor idea del mundo.

¿Qué es el gusto?

El gusto es uno de los cinco sentidos, junto con la vista, el oído, el olfato y el tacto. Es la sensación que experimentamos cuando los alimentos pasan sobre nuestras papilas gustativas. Entonces, las papilas gustativas transmiten un mensaje al cerebro para comunicarle si el alimento es dulce, ácido o salado. Pero eso no es todo. El gusto no solo está relacionado con nuestras papilas gustativas, sino también con nuestras experiencias e influencias. El hecho de que algo se considere delicioso o desagradable es intrínseco y aprendido.

¿Cómo saboreamos?

Cuando comemos, los alimentos entran en la boca, se mastican y se mezclan con la saliva, que utiliza enzimas para descomponerlos. Entonces, el alimento pasa por tus papilas gustativas (las miles de protuberancias que cubren tu lengua). Cada papila contiene entre 50-100 células receptoras, llamadas botones gustativos, que pueden percibir los cinco sabores básicos: dulce, salado, amargo, ácido y umami. Umami es una palabra japonesa que describe sabores salados, como el de la carne asada y la salsa de soja.

Los cinco sabores ayudan a nuestro cerebro a decidir si la comida es segura. Si el cerebro registra el sabor como dulce o salado, lo identifica como una fuente viable de alimentos. Si el sabor es amargo o ácido, podría reconocerlo como una posible toxina.

Sin embargo, las papilas gustativas por sí solas no pueden entender la complejidad de muchos sabores, por lo que también debemos tener en cuenta nuestro olfato. Cuando masticas la comida, una pequeña cantidad de aire sube por los conductos de la parte posterior de la garganta. Entonces, los receptores de la cavidad nasal pueden detectar los olores que componen los sabores complejos.

Este proceso no es lo mismo que oler directamente la comida. Tu cerebro puede distinguir si el olor viene de tus fosas nasales o de tu boca. Cuando procede de la boca, agrupa la señal junto con las señales de las papilas gustativas. Este proceso se conoce como “olfato retronasal”.

Los receptores gustativos se encuentran en todo el cuerpo, incluso en el revestimiento del intestino delgado. Cuando estos receptores detectan azúcar, activan unas hormonas que liberan más insulina en la sangre.

¿Por qué algunos alimentos nos resultan deliciosos?

El motivo por el que preferimos unos alimentos a otros se debe simplemente a la evolución y a la idea de que, si mi madre se lo comía, debería ser seguro. Incluso cuando somos bebés, las elecciones de nuestras madres podrían influir en los alimentos que disfrutamos más adelante. Por ejemplo, si una madre come mucho ajo, su bebé podrá saborear y disfrutar el ajo en la leche materna.

Nuestras preferencias alimentarias se van estableciendo a lo largo de nuestra vida, debido a muchos factores. Incluso nuestro entorno nos envía señales sobre cómo debe saber nuestra comida. Las incesantes campañas publicitarias de alimentos también nos condicionan. Los estímulos visuales y auditivos pueden influir en lo sabroso que nos parece un alimento. Por ejemplo, se han realizado pruebas que demuestran que la gente come menos de un plato azul. Un trozo de queso con bordes rectos sabe mejor que uno con las esquinas redondeadas. Las patatas fritas tienen mejor sabor cuanto más crujientes son.

El sabor es una construcción mental y química. El hecho de que algo nos parezca exquisito, o no, depende de muchas variables: nuestra familia, nuestras experiencias, el entorno donde comemos y con quién comemos.

¿Por qué algunos alimentos nos resultan deliciosos?

¿Por qué la comida sabe mejor cuando estás fumado/a?

El cannabinoide que nos provoca un colocón es el mismo que nos hace sentir ganas de comer: el THC. Las investigaciones han mostrado que el THC estimula el sistema endocannabinoide y los receptores de nuestro cerebro encargados de regular las emociones, el dolor, el olfato y el gusto; concretamente el receptor CB1. El THC también puede estimular la liberación de una hormona llamada grelina, que provoca una sensación de hambre. Sin embargo, a la hora de determinar por qué el THC hace que la comida nos sepa mejor, hay varios factores a tener en cuenta.

¿Puede la marihuana agudizar los sentidos?

Según un estudio realizado en animales en 2014, el THC podría potenciar el sentido del olfato al adherirse a receptores del bulbo olfativo en el cerebro. Esto hace que el olor de la comida sea más agradable, lo que a su vez provoca más ganas de comer.

Otra investigación afirma que la actividad de las neuronas que provocan la saciedad (la sensación de estar llenos) aumenta cuando se activa el receptor CB1, lo que da lugar a un efecto “paradójico” que “podría estar impulsado por efectos tanto presinápticos como postsinápticos”. Dicho de otro modo, podría ser que los efectos únicos y diversos que producen el THC y otros agonistas del CB1 fueran conjuntamente responsables de aumentar el placer que sentimos con la comida, en lugar de basarse en un único mecanismo de acción.

Por otro lado está la dopamina, una molécula que controla la sensación de recompensa y placer del cuerpo. Dado que el consumo elevado de THC aumenta la liberación de dopamina, esto puede aumentar el placer que sentimos al comer y reducir nuestras inhibiciones, haciendo más probable que nos demos un atracón.

¿Puede la marihuana agudizar los sentidos?

¿Qué efecto tiene en tu cuerpo el hecho de comer marihuana?

¿Y qué pasa cuándo comes alimentos con marihuana? Cuando tomas un comestible de cannabis, el THC atraviesa el aparato digestivo y después el hígado lo convierte en un cannabinoide con mayores efectos psicoactivos; y también con mayores probabilidades de causar munchies. Este cannabinoide, llamado 11-hidroxi-THC, también provoca un colocón de mayor duración. Así que, aunque los comestibles de cannabis son una buena forma de evitar fumar y vapear, no solo implican la ingesta de calorías, sino que también pueden aumentar y prolongar tu deseo de comer cuando estás colocado/a.

Sin embargo, hay formas de reducir tu ingesta de calorías, empezando por elegir comestibles bajos en calorías. Por ejemplo, puedes optar por comerte alguna gominola en lugar de un brownie entero. Y cuando ya estés de colocón, hay algunas técnicas de autocontrol y gestión que pueden ayudarte a dejar en paz la nevera, como beber agua con frecuencia y mantenerte ocupado/a.

¿Se pueden evitar los munchies?

Hace algunos años, los investigadores creían que, si los munchies eran provocados por el efecto del THC sobre los receptores CB1, entonces debería ser posible crear un fármaco que pudiera bloquear este efecto. De hecho, se llegó a comercializar un fármaco llamado rimonabant y, en un principio, se observó que era eficaz para reducir las ganas de comer alimentos grasos y de consumir nicotina y alcohol.

Sin embargo, pronto se hizo evidente que no se pueden bloquear los receptores endocannabinoides que controlan el estado de ánimo y el apetito, sin que haya graves consecuencias. Algunas de las personas que tomaron rimonabant empezaron a sufrir una severa depresión, e incluso hubo casos de suicidio.

En las investigaciones se descubrió que es imposible interceptar ciertos receptores endocannabinoides sin interceptar otros. El placer que sentimos al comer algo delicioso está intrínsecamente relacionado con el resto de nuestro sistema endocannabinoide. Por tanto, si intentas bloquear una parte de este sistema, acabarás por bloquearlo todo, eliminando la capacidad de sentir felicidad.

¿Puede la THCV evitar que sientas los munchies?

La THCV, o tetrahidrocannabivarina, es un agonista inverso/agonista selectivo del CB1, lo que le confiere un perfil único respecto al THC. Por ello, se han realizado estudios con el fin de determinar el potencial de la THCV para reducir el apetito, aumentar la sensación de saciedad y regular el metabolismo energético en roedores. Según varios estudios preliminares, la THCV, en ciertas dosis, parece reducir los antojos en lugar de fomentarlos.

Sin embargo, la THCV es un cannabinoide menor, y solo algunas variedades concretas contienen niveles superiores al 1%. De forma natural, se encuentra en mayores cantidades en las variedades sativas puras procedentes de África; pero, incluso en este caso, su concentración rara vez supera el 3%. Dicho esto, actualmente se están intentando desarrollar variedades ricas en THCV por sus supuestas cualidades supresoras del apetito, pero esto no es tarea fácil.

La viabilidad del cannabis como estimulante del apetito

El efecto secundario de aumentar el hambre podría ser terapéutico para las personas que sienten falta de apetito debido a enfermedades o tratamientos médicos. Por ejemplo, muchos pacientes con cáncer o VIH buscan algo que estimule su apetito cuando los analgésicos y la quimioterapia se lo quitan.

En pocas palabras, la función del cannabis con respecto al apetito es ayudar al cerebro a asegurarse de que comemos. El cerebro tiene dos tareas principales: la supervivencia y la procreación, y ninguna de ellas es posible sin comida.

Pero si te preocupa aumentar de peso debido a los munchies, lamentablemente no existe una cura mágica para ello. En este caso, se aplican las mismas reglas que cuando intentas controlar tu peso. Intenta comer cosas saludables y beber agua, y permítete un capricho de vez en cuando. La vida es cuestión de moderación.

Fuentes Externas
  1. A pilot study of the effects of cannabis on appetite hormones in HIV-infected adult men - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  2. The endocannabinoid system controls food intake via olfactory processes | Nature Neuroscience https://www.nature.com
  3. Hypothalamic POMC neurons promote cannabinoid-induced feeding | Nature https://www.nature.com
  4. The effects of Δ9-tetrahydrocannabinol on the dopamine system - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  5. Rimonabant https://www.sciencedirect.com
  6. Δ9-Tetrahydrocannabivarin (THCV): a commentary on potential therapeutic benefit for the management of obesity and diabetes | Journal of Cannabis Research | Full Text https://jcannabisresearch.biomedcentral.com
  7. Royal THCV Cannabis Seeds - Royal Queen Seeds https://www.royalqueenseeds.com
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