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Guía para la iluminación suplementaria de invernaderos
Usar un sistema de iluminación suplementaria en un invernadero puede ayudarte a sacar el máximo rendimiento a tu cultivo de marihuana. Ya sea para proporcionar luz adicional en los días nublados, o para cultivar hasta bien entrado el invierno, muchos cultivadores pueden beneficiarse de ello. Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
Cultivar marihuana en un invernadero ofrece lo mejor de dos mundos: la luz del sol y el control del ambiente. Además, es posible usar un sistema de iluminación suplementaria para prolongar la temporada de cultivo y sacar el máximo provecho de las plantas. Conocer la función y las técnicas de la iluminación suplementaria es fundamental para aumentar la cosecha y garantizar la salud de las plantas.
Este artículo explica cómo y por qué usar luces en un invernadero, especialmente para quienes cultivan en regiones con climas poco favorables.
Índice:
- Razones para usar luces suplementarias en un invernadero
- Ventajas de usar luces en un invernadero
- Los requisitos de iluminación del cannabis
- Cómo calcular cuánta luz suplementaria necesita la marihuana
- Tipos de luces suplementarias
- Errores habituales al usar luces de cultivo
- Iluminación suplementaria de invernaderos: ¿merece la pena?
Razones para usar luces suplementarias en un invernadero
Según dónde vivas, y lo que quieras conseguir de tu cultivo, puede que no necesites un sistema de iluminación suplementaria. Pero esto ofrece más libertad y control a los cultivadores. A continuación, veamos las posibles razones para usar luces en un invernadero.
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Prolongar la fase vegetativa del cannabis
La fase vegetativa es una etapa crítica en la que las plantas de marihuana desarrollan su estructura y follaje, preparándose para florecer generosamente y producir cosechas abundantes. Sin una fase vegetativa sana, no es posible una buena floración.
La iluminación suplementaria sirve de refuerzo durante la fase vegetativa, proporcionando la luz adicional necesaria para fomentar un crecimiento vegetativo durante más tiempo, especialmente cuando los días se acortan en el exterior, lo que normalmente provocaría el inicio de la floración en las plantas fotoperiódicas. Una fase vegetativa de mayor duración también abre la puerta a usar métodos de entrenamiento más intensos que requieren un periodo de recuperación más largo para las plantas.
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Cultivar en zonas sombreadas
Uno de los problemas de cultivar al aire libre es la distribución desigual de la luz solar, que puede crear zonas de sombra donde no llega suficiente luz para el buen crecimiento de las plantas. Estas zonas sombreadas en la zona de cultivo pueden dificultar considerablemente el desarrollo de las plantas y frenar su crecimiento o, lo que es más probable, reducir su productividad.
Usar luces suplementarias es una posible solución, ya que garantiza que la luz llegue de manera uniforme a todas las plantas, independientemente de su posición en el invernadero. Al utilizar luces adicionales, como la iluminación lateral y la iluminación en el techo, los cultivadores pueden evitar los inconvenientes de la variabilidad de la luz solar, garantizando que las plantas en las zonas más sombreadas reciban la energía necesaria para crecer. Esta uniformidad en la exposición a la luz garantiza que ninguna planta se quede atrás, asegurando un crecimiento equitativo y uniforme, y una buena cosecha.
Y lo que es más importante, si a finales de verano el tiempo está muy nublado y hay menos luz solar de la esperada, puedes encender las luces y evitar que se reduzca la cosecha.
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Mayor control sobre la floración
En la fase de floración, las plantas de marihuana producen sus preciados cogollos, y todo tu trabajo empieza a dar sus frutos. Así que, para optimizar la calidad y la potencia de la cosecha, es fundamental ayudar al máximo a las plantas en esta fase.
Al usar luces suplementarias en un invernadero, los cultivadores tienen mayor control sobre la floración, ya que pueden manipular los horarios de luz para iniciar y mantener la floración en los momentos óptimos. Este control es especialmente beneficioso para las variedades que requieren condiciones de luz precisas para florecer, como las sativas que evolucionaron en los trópicos.
Ajustando la intensidad y la duración de la exposición a la luz, los cultivadores pueden controlar el momento en que comienza la floración y el desarrollo de la misma, aumentando la producción de cannabinoides y terpenos y consiguiendo cogollos más sabrosos y potentes.
Ventajas de usar luces en un invernadero
Instalar un sistema de iluminación suplementaria en un invernadero ofrece una serie de ventajas que aumentan las posibilidades de lograr buenos resultados. Veamos algunas de las posibles ventajas.
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Aumentar la cosecha
Conseguir una cosecha abundante es el objetivo de la mayoría de cultivadores, y usar un sistema de iluminación adicional puede ayudarte a lograrlo. Al ofrecer una luz estable y controlable, no tienes que depender de la impredecible luz solar (que puede quedar oculta por las nubes), por lo que aseguras que tus plantas reciban suficiente luz durante todo su ciclo de vida.
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Mejorar la salud de las plantas
Unas plantas sanas y vigorosas darán lugar a una buena cosecha. Usar luces suplementarias no solo favorece sino que refuerza considerablemente la salud de las plantas, al proporcionar el espectro lumínico necesario para los procesos fisiológicos esenciales.
Estos procesos incluyen la fotosíntesis, fundamental para el crecimiento y la salud de las plantas, y la fotomorfogénesis, que influye en la forma en que las plantas crecen y se desarrollan en respuesta a la luz. ¿Alguna vez te has fijado en cómo las hojas se giran hacia la luz? Eso es la fotomorfogénesis. Al adaptar el espectro lumínico y la intensidad de luz a las necesidades de cada planta en las distintas fases de cultivo, puedes conseguir plantas más sanas y fuertes, con mayor resistencia a las plagas, enfermedades y al estrés ambiental.
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Acelerar el crecimiento
El camino hacia la cosecha puede ser largo, ¡lleno de expectación y un poco de nerviosismo! Usar luces suplementarias puede acelerar el ciclo de cultivo del cannabis, pero solo hasta cierto punto.
Esto se consigue optimizando el proceso de la fotosíntesis, lo que permite que las plantas conviertan la luz en energía con mayor eficacia y crezcan a un mayor ritmo. Esto significa que los cultivadores pueden conseguir un crecimiento vegetativo más rápido, una transición más rápida a la floración y, en definitiva, reducir el tiempo hasta llegar a la cosecha.
Sin embargo, conviene señalar que la iluminación suplementaria no puede hacer milagros. Puede acortar la duración del cultivo, pero no te cambiará la vida.
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Reducir los riesgos de las inclemencias meteorológicas
Aunque cultivar en invernadero ofrece un entorno controlado para las plantas, las condiciones meteorológicas externas pueden suponer un problema, como la falta de luz solar. Instalar un sistema de iluminación puede ayudar a evitar este problema, ya que ofrece una luz constante y fiable que contrarresta el impacto negativo de la falta de luz solar debida a los días nublados, los días cortos de otoño u otras fluctuaciones meteorológicas.
Los requisitos de iluminación del cannabis
Para ser un experto en el cultivo de marihuana es necesario conocer en detalle los requisitos de luz de las plantas. Hay dos conceptos básicos que son cruciales para entender lo que necesitan las plantas de la luz: la “luz diaria integral” (DLI, por sus siglas en inglés) y la “densidad de flujo de fotones fotosintéticos” (PPFD, por sus siglas en inglés). Estos indicadores no solo nos guían sobre cómo usar la iluminación suplementaria, sino que también garantizan que dicha luz se utilice con la mayor eficiencia posible.
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Luz diaria integral (DLI)
La luz diaria integral representa la cantidad total de “radiación fotosintéticamente activa” (PAR) que recibe una planta a lo largo de un día, medida en moles de fotones por metro cuadrado y por día (mol/m²/día). Esta métrica es muy importante para comprender el impacto acumulativo de la luz en el crecimiento de las plantas.
La DLI no es un parámetro único para todas las plantas de marihuana, sino que varía en función de la fase de cultivo: la fase vegetativa requiere un rango de DLI distinto al de la fase de floración. Por ejemplo, durante la fase vegetativa, las plantas de marihuana crecen mejor con una DLI más alta, que favorece el crecimiento vigoroso de las hojas y un desarrollo estructural robusto. En cambio, durante la floración, aunque las plantas siguen necesitando mucha luz, la DLI óptima podría variar para favorecer el buen desarrollo y la potencia de los cogollos.
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Densidad de flujo de fotones fotosintéticos (PPFD)
La PPFD mide la intensidad de la luz, concretamente la cantidad de PAR, que llega a la superficie de la planta por cada segundo, expresada en micromoles por metro cuadrado por segundo (µmol/m²/s). Esta métrica sirve para evaluar la calidad de la luz que reciben las plantas en un momento dado, y es especialmente relevante para determinar la eficacia y la colocación de las luces de cultivo suplementarias, como en un invernadero.
Los niveles adecuados de PPFD garantizan que las plantas de marihuana puedan realizar la fotosíntesis eficazmente. El valor óptimo de PPFD para el cannabis varía según las distintas fases de cultivo; las plántulas jóvenes necesitan una PPFD más baja para evitar daños, mientras que las plantas maduras en fase vegetativa y en floración pueden soportar, y de hecho necesitan, un nivel mucho más elevado si quieren producir flores grandes.
Para ajustar la PPFD mediante un sistema de iluminación suplementaria no solo hay que tener en cuenta la intensidad de la luz, sino también su distancia respecto a la parte superior de las plantas, ya que la intensidad de la luz disminuye con la distancia.
Cómo calcular cuánta luz suplementaria necesita la marihuana
Para usar un sistema de iluminación suplementaria de forma adecuada y sin malgastar nada, es necesario hacer unos cálculos precisos. Veamos qué necesitas saber.
Estos cálculos se basan en las dos métricas descritas arriba.
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Cómo calcular la DLI de tu invernadero
Para calcular la “luz diaria integral” de un invernadero hay que tener en cuenta tanto la luz solar natural como la luz artificial. Algunas herramientas, como los medidores de luz o las calculadoras de DLI (que tienen en cuenta la ubicación geográfica, el diseño del invernadero y la estación del año) pueden ayudarte a calcular con exactitud la DLI. Pero dependiendo de tu sistema de cultivo y tu nivel de motivación, podría ser excesivo para tu cultivo casero.
Otra opción es buscar en internet una estimación de la DLI de tu región. Una vez que tengas esta cifra, tienes que averiguar cuál es la transmitancia visible (VT) de tu invernadero. La VT te indica cuánta luz solar exterior penetra en el vidrio del invernadero y llega realmente a tus plantas. Una vez considerados todos los factores (incluyendo el tipo de vidrio, la suciedad que pueda haber en el vidrio, los obstáculos que bloqueen la luz, etc.), la mayoría de invernaderos tienen una VT entre un 50-65%, lo que significa que tus plantas solo reciben la mitad de la luz que hay en el exterior del invernadero.
Si la DLI que has calculado, una vez aplicada la VT, es inferior a las necesidades de la planta, puedes usar luces de cultivo para compensar el déficit, a fin de asegurar que las plantas reciban la cantidad ideal de luz para su buen crecimiento y desarrollo.
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Cómo calcular los requisitos de PPFD
A continuación se indican algunos rangos estándar de PPFD en la canopia de las plantas de cannabis:
- Fase de plántula o esqueje: 15 a 20 mol/m²/día
- Fase vegetativa: 20 a 40 mol/m²/día
- Fase de floración: 25 a 50 mol/m²/día
Para calcular la PPFD necesaria para el cannabis, hay que conocer la intensidad luminosa que necesitan las plantas en las distintas fases de cultivo, como se ha indicado anteriormente. Al medir el nivel actual de PPFD en el invernadero y compararlo con los rangos óptimos para las plantas de marihuana, los cultivadores pueden decidir si hace falta usar luces adicionales y, en caso afirmativo, calibrar sus sistemas de iluminación suplementaria según corresponda.
Para empezar, necesitas conocer la DLI dentro de tu invernadero. Para averiguarlo, puedes utilizar un medidor de luz, como se indica más arriba, o calcularlo a partir de la DLI de tu región dividida por la VT de tu invernadero. Por ejemplo:
- Tu zona recibe una DLI de 30 mol/m²/día
- La VT de tu invernadero es de un 50%
- La DLI dentro de tu invernadero es de 15 mol/m²/día
Como puedes ver, esto será adecuado para las plántulas y los esquejes, pero no sirve para ninguna otra fase de cultivo, por lo que tendrás que usar luces de cultivo suplementarias. Para ello, tendrás que convertir la DLI de tu invernadero a PPFD, lo cual puedes hacer con una calculadora online ya que es una fórmula bastante complicada. Cuando conozcas el valor de PPFD y la cantidad que falta, entonces sabrás qué cantidad de iluminación artificial debes usar. Las luces de cultivo vienen con su PPFD, así que una vez tengas las cifras, debería ser fácil elegir las luces que necesitas.
Tipos de luces suplementarias
Los principales tipos de luces de cultivo que se usan actualmente son las luces de descarga de alta intensidad (HID), los diodos emisores de luz (LED) y las luces fluorescentes compactas (CFL). Cada una de ellas tiene sus propias ventajas y factores a considerar.
Cualquiera de estas luces puede usarse como iluminación suplementaria de un invernadero. A continuación veamos las características de cada una de ellas.
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Descarga de alta intensidad (HID)
Las luces HID han demostrado su eficacia en el cultivo de marihuana, por su gran potencia lumínica y su efectividad para estimular el crecimiento vigoroso de las plantas. Hay dos tipos principales de HID: las luces de halogenuros metálicos (MH), que generan un amplio espectro lumínico ideal para la fase vegetativa, y las de sodio de alta presión (HPS), preferibles durante la fase de floración por su espectro más cálido (más rojo).
Aunque las HID se usan por su capacidad de penetración, también generan mucho calor, lo cual puede ser un inconveniente, ya que entonces los cultivadores deben usar un sistema de refrigeración o tener una buena ventilación en el invernadero para que las plantas no se estresen por el calor. Además, las HID consumen más energía que las luces más modernas, como las LED, por lo que son menos eficientes energéticamente a largo plazo.
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Diodo emisor de luz (LED)
La tecnología LED ha evolucionado rápidamente hasta convertirse en una de las luces favoritas para cultivar marihuana, gracias a su eficiencia energética y a la capacidad de adaptar los espectros de luz a las distintas fases de cultivo. Muchas lámparas LED tienen ajustes específicos para la fase vegetativa y la fase de floración.
Las principales ventajas de las LED son su gran durabilidad, su bajo consumo de energía y su mínima emisión de calor, que reduce la necesidad de usar sistemas de refrigeración.
Aunque su precio de compra sea más elevado, el hecho de ahorrar energía a largo plazo y la posibilidad de obtener una cosecha de mejor calidad hacen que las LED sean una opción cada vez más extendida para cultivar marihuana.
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Lámparas fluorescentes compactas (CFL)
Las CFL son una opción de precio asequible para los cultivos a pequeña escala o para usarlas en determinadas fases del cultivo, como la fase de plántula o el inicio de la fase vegetativa.
Las CFL son excelentes por su bajo coste inicial, su facilidad de instalación y su versatilidad, ya que se pueden colocar cerca de las plantas sin riesgo de dañarlas por el calor. Sin embargo, su penetración de la luz es relativamente débil en comparación con las HID y las LED, por lo que resultan menos eficaces para las plantas de mayor tamaño o para utilizarlas como única fuente de luz durante las últimas fases de cultivo.
Errores habituales al usar luces de cultivo
Conocer los errores más habituales al usar un sistema de iluminación suplementaria puede ayudarte a tomar mejores decisiones al instalar tus propias luces, asegurando su eficacia, así como la calidad y cantidad de la cosecha.
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Cálculos erróneos
Si hay algún error en los cálculos, la iluminación podría no ser óptima, privando a las plantas de la luz necesaria o exponiéndolas a una intensidad de luz excesiva.
La falta de iluminación puede frenar el crecimiento de las plantas y afectar a la calidad de la cosecha, mientras que el exceso de luz provoca un despilfarro de recursos y podría causar daños a las plantas. Para que los cálculos sean correctos, es necesario conocer las necesidades de luz de la planta en las distintas fases de cultivo y usar herramientas fiables para medir el nivel real de luz en el invernadero.
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Cobertura inadecuada
La colocación y distribución de las luces de cultivo es fundamental para que toda la canopia de las plantas reciba luz de manera uniforme. Una cobertura inadecuada puede provocar un crecimiento desigual, ya que algunas plantas reciben una luz óptima mientras otras languidecen en zonas sombreadas.
Para evitar este problema, es necesario diseñar y colocar los sistemas de Iluminación de tal modo que garanticen una distribución uniforme de la luz, teniendo en cuenta la distribución de tu invernadero, y la altura y densidad de la canopia de las plantas. A medida que las plantas crecen y la canopia se vuelve más frondosa, puede que sea necesario ajustar las luces con frecuencia, para mantener una penetración óptima de la luz en las hojas de la parte inferior de las plantas, que inevitablemente quedarán ensombrecidas con el tiempo.
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Falta de automatización
Al cultivar marihuana, es necesario ir adaptando la iluminación a las distintas fases de cultivo. Programar las luces manualmente puede ser muy laborioso y puede dar lugar a errores humanos, lo que podría derivar en una exposición inadecuada a la luz que afectaría al crecimiento de las plantas y a la floración.
Automatizar los ciclos de luz mediante el uso de temporizadores y sistemas de control programables puede mejorar enormemente la eficacia y la salud de las plantas, aunque supone un coste adicional. Además, automatizar la iluminación podría no ser útil si utilizas luces suplementarias en respuesta a condiciones meteorológicas impredecibles.
Iluminación suplementaria de invernaderos: ¿Merece la pena?
Aunque no todos los invernaderos de marihuana necesitan luces suplementarias, pueden ser una buena inversión para quienes cultivan en regiones con climas poco favorables o quienes quieren maximizar la productividad y la calidad de sus cultivos. Esta guía recoge los principales factores a tener en cuenta, desde los requerimientos lumínicos hasta la elección de las luces adecuadas, para asegurar la máxima eficacia y conseguir la mayor cosecha posible.
Los sistemas de iluminación suplementaria varían en función de cada cultivo, por lo que tendrás que determinar la configuración exacta para tu invernadero. Sin embargo, esta guía contiene la información necesaria para que puedas tomar decisiones con fundamento.