Cómo usar la fertirrigación para cultivar marihuana

Los sistemas de fertirrigación mejoran la velocidad de crecimiento de las plantas y eliminan parte del trabajo de abonar y regar tu cultivo, especialmente si tienes muchas plantas. Es una especie de técnica intermedia que permite a los cultivadores novatos centrar sus esfuerzos en otras tareas.

En este artículo explicamos qué es la fertirrigación y cómo usarla para mejorar tu cultivo de marihuana.

¿Qué es exactamente la fertirrigación?

La “fertirrigación” o “fertirriego” es una combinación de fertilización y riego, y consiste en administrar fertilizantes con el agua. Es posible que reconozcas esta técnica, y si alguna vez has mezclado abono líquido con agua para regar tus plantas de cannabis, ya has usado la fertirrigación.

Por lo tanto, la fertirrigación no es algo nuevo ni una práctica especial. Sin embargo, si cultivas en un medio de fibra de coco, puedes usar lo que se conoce como fertirrigación de alta frecuencia para aumentar la velocidad a la que crecen tus plantas, proporcionándoles un suministro frecuente y constante de agua y abono.

Fertirrigación de alta frecuencia

Las plantas de marihuana absorberán los fertilizantes con más eficiencia si ya están disueltos en el agua (en lugar de tener que absorberlos del suelo). Por eso, abonar tus plantas mediante el riego es una estupenda forma de mejorar su crecimiento.

La fertirrigación de alta frecuencia consiste en abonar las plantas varias veces al día (hasta cinco veces). En un cultivo normal, se suelen fertilizar una o dos veces por semana, por lo que abonarlas con más frecuencia podría parecerte absurdo, ya que en apariencia esto puede conducir a una sobrefertilización inadecuada.

Sin embargo, si se utiliza el método de administración correcto y el medio de cultivo apropiado, esta acción puede resultar muy efectiva y estimular el crecimiento de las plantas de forma parecida al de los cultivos hidropónicos.

La clave está en usar una mezcla de fibra de coco y perlita (dado que ofrece un excelente drenaje), ya que, a diferencia de cuando se administra en la tierra, este riego constante no ahogará las raíces. Además, el fertilizante se debe administrar en cantidades pequeñas pero frecuentes (los sistemas de riego por goteo son ideales para esto).

El truco está en proporcionar a las plantas cantidades muy pequeñas de nutrientes con bastante frecuencia, para que absorban la mayoría de ellos y los utilicen de manera más eficiente y crezcan más rápido.

Ventajas de la fertirrigación

La fertirrigación es más adecuada para cultivos a gran escala, aunque también se puede utilizar con una sola planta. Además de potencialmente mejorar el crecimiento de las plantas, se automatiza el proceso de abono y riego, ofreciendo a los cultivadores más tiempo para dedicarlo a otras tareas. Estas son las ventajas del fertirriego para cultivar marihuana.

Fácil de instalar (Retroadaptación)

La fertirrigación se puede llevar a cabo con varios sistemas diferentes, dependiendo de tus preferencias y de lo que tengas a mano. Las líneas de goteo, la inundación y drenaje, las esteras capilares, las mesas de inundación e incluso los sistemas de riego por mecha pueden beneficiarse de la administración precisa de nutrientes que ofrece la fertirrigación. Es preferible usar fertilizantes completamente solubles en agua para mantener los conductos limpios; sin embargo, siempre que el sistema tenga una buena filtración y se limpie con frecuencia, también se pueden usar abonos ecológicos como tés de compost y aditivos insolubles.

Diferentes niveles de fertilizante para un crecimiento óptimo

Las distintas necesidades de nutrientes entre las fases vegetativa y de floración pueden ser notables. La fertirrigación facilita la transición de un tipo de solución a otro. Mientras que los fertilizantes de liberación prolongada y los aditivos ecológicos solo se pueden eliminar parcialmente (dado que algunas sales insolubles permanecen en el medio), la fertirrigación permite una eliminación completa (ya que los nutrientes están disueltos en el agua). Una vez eliminados, simplemente empieza a administrar la nueva mezcla. Esto evita tener que neutralizar las sales no disueltas que puedan descompensar la EC.

Medios de cultivo ecológicos

La fertirrigación se parece a la hidroponía en que los fertilizantes se administran a través del agua. La diferencia es que los sistemas hidropónicos utilizan sustratos inertes (como lana de roca, vermiculita y perlita), y los de fertirriego sustratos ecológicos (como mezclas de fibra de coco).

Los medios de cultivo ecológicos contienen altas concentraciones de compuestos de carbono, que actúan como amortiguador. Estos compuestos se unen a los nutrientes y los liberan lentamente a medida que el medio se va diluyendo. La amortiguación facilita el mantenimiento de las condiciones óptimas para el crecimiento del cannabis, sin la precisión que requieren los sistemas hidropónicos puros. La matriz de carbono también permite un desarrollo sano de la rizosfera, ya que la microflora interactúa directamente con el sistema radicular, promoviendo la absorción de nutrientes y la salud general de las raíces.

Consistente y automatizado

Los sistemas utilizados para la fertirrigación se automatizan de forma sencilla para administrar cantidades homogéneas de fertilizantes y agua. En los cultivos a pequeña escala, esto no supone una gran diferencia en cuanto a esfuerzo, pero si tienes varias plantas, la automatización de este proceso puede ahorrarte mucho tiempo y problemas a la larga.

Crecimiento más rápido

Existen pruebas que indican que los sistemas de fertirrigación automatizados mejoran la velocidad de crecimiento de las plantas, de forma parecida a los sistemas hidropónicos. Pero aunque esto puede ser cierto cuando todos los demás factores son más o menos perfectos, no esperes ver resultados importantes si no tienes mucha experiencia en el cultivo de cannabis. Si quieres mejorar el desarrollo de tus plantas, hay muchos aspectos que deberás dominar antes de usar un sistema de fertirrigación automatizado.

Abonos líquidos y abonos granulados

La mayoría de los cultivadores usan abonos líquidos o granulados. Los líquidos vienen ya disueltos y se mezclan con agua para crear una solución con la que abonar las plantas. En cambio, los nutrientes granulados se añaden al suelo, donde se descomponen con el paso del tiempo al regar el sustrato.

Los fertilizantes líquidos suelen administrar los nutrientes según los necesiten las plantas, mientras que los granulados se descomponen lentamente. Ambos ofrecen ventajas e inconvenientes, pero en la mayoría de los casos, en los sistemas de fertirrigación se deben usar abonos líquidos, ya que hay menos probabilidades de que taponen los conductos.

Aspectos importantes para la fertirrigación del cannabis

Si decides usar la fertirrigación para mejorar tu cultivo de marihuana, tendrás que aprender a hacerlo de manera efectiva. A continuación, vamos a ver varios aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar este sistema.

Fibra de coco y tierra

En primer lugar, tenemos el medio de cultivo. Como hemos mencionado, una mezcla de fibra de coco y perlita al 50% es un sustrato muy adecuado para la fertirrigación. Esto se debe a que, en comparación con el suelo, el drenaje y la aireación son mucho mejores, lo que hace que sea más seguro administrar un flujo de agua frecuente al medio de cultivo.

Si continúas regando la tierra con un sistema de fertirrigación, es probable que se encharque y que tus plantas sufran las consecuencias de un riego excesivo, lo que provocará un retraso en el crecimiento y con el tiempo las matará si no lo solucionas, ¡algo que no querrás que ocurra! Por lo tanto, el uso de una mezcla de coco/perlita evita este problema y te permite optimizar tu esfuerzo.

Filtros en línea y lavado

A la hora de usar un sistema de fertirrigación, hay varios aspectos que merecen una atención especial. Deberás incluir filtros en línea, situados inmediatamente después de los inyectores. Los tés ecológicos y de compost pueden contener partículas que podrían obstruir los canales de distribución, como las líneas de goteo. Se recomienda realizar un lavado periódico del sistema al final de cada ciclo, para evitar que las líneas se obstruyan. Los sistemas con conductos de mayor diámetro nominal (DN) son menos susceptibles a las obstrucciones.

Sin embargo, en los cultivos grandes, las plantas que se encuentran situadas al comienzo del sistema podrían estar libres de nutrientes para cuando se estén lavando los goteros del final. Para prevenir esto, los cultivos a gran escala se suelen dividir en varios sistemas intermedios paralelos, que se riegan por separado a partir de un mismo depósito de agua principal. O cada sistema intermedio se lava de forma independiente por medio de una línea principal común, para mantener la presión del agua. También se puede instalar un dispositivo de prevención de reflujo justo antes de los inyectores, para detener cualquier fuente de contaminación.

Medición de CE y PPM

Como con cualquier cultivo, deberás medir con frecuencia la CE y las PPM de la solución administrada. Si las aplicas mal, correrás el riesgo de sobrefertilizar tus plantas con determinados nutrientes y de causar quemaduras o bloqueo de nutrientes. También podrías abonar de menos tus plantas, aunque esto conlleva menos peligros.

Dependiendo de la fase de crecimiento de tus plantas de cannabis, la EC y la PPM adecuadas serán distintas, así que trata de familiarizarte con estas medidas. Una de las ventajas de la fertirrigación es que permite cambiar rápidamente las concentraciones de nutrientes de la solución y del medio de cultivo, para que tus plantas reciban siempre la proporción adecuada de nutrientes.

Además, si necesitas cambiar algo, la mezcla de coco/perlita es fácil de lavar, lo que significa que puede volver a ser neutra para ajustarla, así que los errores son bastante más fáciles de rectificar.

Riego manual y riego automático

Hasta ahora, solo hemos hablado de los sistemas de riego automatizados para la fertirrigación, y por buenas razones. En teoría, es posible fertirrigar mediante el riego manual, pero sería muy laborioso y haría sumamente difícil evitar la sobrefertilización.

¿Quieres mezclar y administrar cantidades muy pequeñas de solución nutritiva cinco veces al día, todos los días, durante tres meses? Si no te importa, no dudes en hacerlo, pero probablemente prefieras instalar un sistema de riego automatizado. Estos sistemas pueden ser muy baratos y sencillos, así que no creas que vas a necesitar un montón de bombas, tubos y filtros de alta tecnología para que la fertirrigación funcione.

Tamaño de la maceta

Hasta cierto punto, se pueden usar macetas de varios tamaños para la fertirrigación. Según los informes, estos van de 9 a 30 litros, y parece que los resultados son decentes con todos los tamaños. En su mayoría, dependerá del método de cultivo que utilices (por ejemplo, SOG) y del tamaño que quieras que tengan tus plantas.

Sin embargo, las macetas no deberán ser demasiado grandes. Dado que las plantas solo reciben una pequeña dosis de solución nutritiva cada vez, no querrás tener una cantidad de medio de cultivo tan abundante como para que las raíces tengan dificultades a la hora de absorber la solución. En caso de duda, es mejor usar macetas pequeñas.

¿Es la fertirrigación adecuada para ti?

Un sistema de fertirrigación es fácil de montar, pero se considera una técnica de cultivo intermedia. Esto no es debido a su dificultad, sino a que es más útil cuando se cultivan muchas plantas, o cuando tienes tanta experiencia que el minúsculo aumento de eficiencia puede influir realmente en la calidad de tu cultivo.

Sin embargo, si decides cultivar muchas plantas a la vez, te conviene instalar algún tipo de sistema de riego automatizado (aunque no es esencial), y ya que lo haces, usa la fertirrigación.