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Biocontrol Microbiano: ¿la Solución Contra Los Patógenos Fúngicos en El Cannabis?
Los hongos como Botrytis, Fusarium y el oídio ponen en riesgo el cannabis, pero microbios como Trichoderma, Bacillus y endófitos ofrecen protección natural. Con enmiendas de suelo, pulverizaciones foliares y un manejo integrado de plagas, podrás cultivar plantas sanas y productivas sin químicos.
Índice:
Los biocontroles microbianos como Trichoderma y Bacillus pueden suprimir patógenos comunes del cannabis, como el oídio, la Botrytis y el Fusarium. Funcionan mejor cuando se aplican de forma dirigida, temprana y constante, tanto mediante riegos al suelo como con pulverizaciones foliares. Los mejores resultados se logran cuando se combinan con un plan de manejo integrado de plagas (IPM) que incluya control ambiental, higiene y reaplicaciones periódicas.
Tanto en interior como en exterior, las plantas de cannabis son vulnerables a múltiples problemas: deficiencias de nutrientes, plagas e infecciones microbianas. Entre todas estas amenazas, los hongos patógenos destacan por su gravedad, ya que pueden arruinar cosechas enteras y matar plantas completas.
Ante sus efectos devastadores, muchos cultivadores recurren a químicos agresivos para proteger sus plantas contra patógenos como el oídio, la Botrytis o el Fusarium. Sin embargo, cada vez más productores apuestan por métodos orgánicos y respetuosos con el medio ambiente para mantener la salud y productividad de sus cultivos. Usados correctamente, el control orgánico de plagas en cannabis ayuda a mantener a raya estas temidas enfermedades fúngicas.
A continuación, exploraremos los biocontroles microbianos y cómo pueden ayudarte a gestionar los patógenos fúngicos en cannabis. ¡Conoce a tus mejores aliados microbianos!
Puntos clave
- Los patógenos fúngicos como Botrytis, Fusarium y el oídio son una gran amenaza para el cannabis y pueden destruir cosechas enteras.
- Los microbios beneficiosos, como Trichoderma, Bacillus y los endófitos, previenen y combaten estas infecciones de forma natural.
- Los biocontroles microbianos son más eficaces cuando se adaptan al patógeno específico y se aplican estratégicamente mediante enmiendas de suelo o pulverizaciones foliares.
- El manejo integrado de plagas combina microbios, control ambiental e higiene para garantizar un cultivo de cannabis sostenible y sin químicos.
¿Qué son los agentes de biocontrol microbiano?
El control biológico de plagas en cannabis no se limita a plantar especies compañeras ni a liberar insectos beneficiosos. Esta estrategia holística también incluye la aplicación de distintos hongos y bacterias que ayudan a prevenir y combatir enfermedades del cannabis a nivel celular.
Los avances en microbiología han demostrado que todos los organismos dependen de comunidades microbianas sanas y diversas para asimilar nutrientes y defenderse de enfermedades. Esto se aplica tanto al intestino humano como a las hojas, raíces y tejidos internos de las plantas, incluido el cannabis.
Mediante la aplicación de microbios beneficiosos, los cultivadores pueden prevenir infecciones fúngicas y combatirlas cuando aparecen. Entre los principales aliados microbianos en el cultivo de cannabis destacan:
- Trichoderma: Presente en todos los suelos, este género fúngico establece relaciones mutualistas con muchas plantas, colonizando sus tejidos y ayudando a combatir patógenos de raíz comunes.
- Especies de Bacillus: Estas rizobacterias beneficiosas suprimen patógenos y plagas, además de mejorar la disponibilidad de nutrientes al descomponer materia orgánica.
- Endófitos: Viven dentro de hojas, raíces y semillas de cannabis. Producen compuestos antifúngicos y antibacterianos, y aumentan la tolerancia de la planta al estrés.


Patógenos fúngicos comunes en cannabis
Al aprender cómo prevenir el moho en cannabis, resulta clave conocer los microbios beneficiosos mencionados antes. Pero también es fundamental saber reconocer a los enemigos: esta combinación de conocimientos te ayudará a tomar mejores decisiones de control de plagas.
Entre todos los hongos que afectan al cannabis, Botrytis, Fusarium y el oídio son de los más comunes y peligrosos.
Botrytis (podredumbre de cogollos)
Botrytis cinerea, más conocida como podredumbre de cogollos, prospera en condiciones húmedas y con poca ventilación. Suele atacar durante la floración avanzada, cuando los cogollos densos crean microambientes con humedad atrapada.
Su ciclo de vida comienza con conidios aéreos (esporas asexuales) que germinan en tejidos vegetales con alta humedad superficial. Luego, las hifas penetran en las hojas y liberan enzimas que matan las células de la planta. Finalmente, aparece como un moho gris y algodonoso que cubre las flores de cannabis y puede arruinar cosechas enteras.
Fusarium
Las especies de Fusarium, en especial F. oxysporum y F. solani, son hongos del suelo que provocan marchitez, podredumbre radicular y chancros en el tallo del cannabis. Su ciclo vital empieza con clamidosporas o macroconidios presentes en suelo o restos de plantas infectadas, que germinan al detectar exudados de raíces vivas.
Las hifas de Fusarium entran por heridas o aberturas naturales en las raíces, colonizando los tejidos vasculares. Una vez dentro del xilema, producen microconidios que ascienden con el flujo de agua, propagando la infección por toda la planta. Los síntomas incluyen oscurecimiento vascular, clorosis (amarillamiento), marchitez, crecimiento atrofiado e incluso la muerte de la planta.
Oídio
El oídio en cannabis lo causan principalmente Golovinomyces cichoracearum y especies relacionadas. Son hongos biotróficos obligados que penetran hojas y cogollos para alimentarse de sus nutrientes.
Para reproducirse, el oídio cubre la planta con esporas blancas de aspecto polvoriento. En casos graves, esta capa bloquea la fotosíntesis y contamina los cogollos maduros.
Cómo combaten los microbios a los patógenos fúngicos
La agricultura atraviesa una crisis. Desde la Revolución Verde, el uso excesivo de fertilizantes químicos y pesticidas ha dañado gravemente los suelos y las comunidades microbianas esenciales para su fertilidad.
Por ello, los investigadores están recuperando métodos antiguos y desarrollando nuevos para cultivar de manera orgánica, incluido el cannabis. Los avances muestran el papel crucial de los microbios que habitan no solo en el suelo, sino también en y sobre las plantas.
Un estudio[1] de 2025 publicado en BMC Plant Biology concluye que “la filosfera, que incluye las superficies de hojas y tallos, es uno de los hábitats microbianos más grandes y diversos de la Tierra, aunque sigue poco estudiado en las interacciones planta-microbio”.
En lugar de eliminar indiscriminadamente estas comunidades con químicos tóxicos, el biocontrol microbiano actúa de forma natural y selectiva.
Estos microbios no solo luchan directamente contra las enfermedades, sino que fortalecen a las plantas frente a los patógenos. Por ejemplo, Trichoderma produce compuestos antimicrobianos y, además, hace que las plantas sean más resistentes al reducir el estrés, mejorar la absorción de nutrientes y aumentar la fotosíntesis.
Cómo elegir los productos microbianos adecuados
Para manejar la filosfera o la rizosfera correctamente, es esencial considerar tanto el patógeno a combatir como las propiedades del biocontrol que vayas a aplicar. Los productos más comunes para proteger el cannabis del moho incluyen:
- Trichoderma: Excelente contra patógenos radiculares como Fusarium y Pythium. Favorece el crecimiento, el rendimiento y la resistencia al estrés.
- Bacillus subtilis: Produce lipopeptidos que destruyen membranas celulares de hongos y compite por espacio y nutrientes. Eficaz contra oídio y Botrytis.
- Bacterias lácticas: Producen ácido láctico, bajando el pH de la superficie foliar e impidiendo la germinación de patógenos. Útiles contra el oídio, aunque Oidioprot es una opción más completa y eficaz.
- Especies de Chaetomium: Producen metabolitos antifúngicos como chaetoglobosinas y celulasas que degradan paredes celulares. Funcionan bien contra Botrytis, oídio y Fusarium.
Métodos de aplicación y mejores prácticas
¿Cómo usar Trichoderma para controlar la Botrytis en cannabis? ¿O cómo aplicar bacterias lácticas contra el oídio? Aquí tienes los métodos más efectivos:
Enmiendas de suelo
Aplicar biocontroles directamente en el suelo crea una barrera protectora en torno a las raíces, principal puerta de entrada de muchos hongos. Trichoderma y ciertas especies de Bacillus colonizan la rizosfera, compitiendo y antagonizando a patógenos como Fusarium. Para prevenir, lo ideal es lograr esta colonización antes de que lleguen los hongos: mezcla polvos en el sustrato inicial, aplica riegos líquidos en fases tempranas y reaplica durante todo el ciclo.
Pulverizaciones foliares
Son muy eficaces contra patógenos que colonizan la superficie de las hojas, ya que aplican los microbios justo donde se necesitan. Las pulverizaciones con Bacillus subtilis forman un escudo vivo que libera compuestos antifúngicos y ocupa sitios de infección. Las bacterias lácticas, en cambio, actúan bajando el pH en hojas infectadas, bloqueando la germinación de esporas.
Lo ideal es pulverizar por la mañana temprano o al atardecer, reduciendo la degradación por radiación UV y prolongando la humedad foliar. Son especialmente útiles contra oídio, Botrytis y otros patógenos aéreos.
Compatibilidad con hidroponía
Los cultivos hidropónicos presentan desafíos para el biocontrol debido al flujo constante de nutrientes, protocolos de esterilización y baja materia orgánica. No todos los microbios beneficiosos prosperan en este entorno, pero algunas cepas de Bacillus y Trichoderma están formuladas para colonizar raíces incluso en soluciones nutritivas. En hidroponía, las pulverizaciones foliares también son muy efectivas.
Prevención e integración
La prevención de hongos en cannabis no depende solo de aplicar microbios: necesita un plan de manejo integrado de plagas en el que los organismos beneficiosos trabajen junto con medidas culturales, ambientales y de higiene. Esto incluye:
- Optimización ambiental: Mantener la humedad relativa en niveles adecuados reduce la germinación de esporas de Botrytis, oídio y Fusarium. La circulación constante de aire evita bolsas de humedad en copas densas.
- Sanidad e higiene de cultivo: La limpieza es clave. Desinfecta herramientas entre áreas y limpia los armarios de cultivo entre ciclos. En hidroponía, sanitiza con frecuencia los depósitos.
- Manejo de nutrientes y suelo: Una nutrición equilibrada fortalece el sistema inmune de la planta. En suelos vivos, mantener materia orgánica y diversidad microbiana asegura la exclusión competitiva de organismos dañinos a largo plazo.
El biocontrol microbiano en la práctica
El éxito en el cultivo de cannabis exige conocimiento y adaptación, sobre todo frente a infecciones fúngicas. Entender a los patógenos, aprovechar a los microbios beneficiosos e integrar controles culturales y ambientales permite mantener plantas sanas y maximizar rendimientos sin abusar de los químicos.
Las estrategias basadas en la evidencia, combinadas con la experiencia personal, generan sistemas de cultivo resilientes y sostenibles, capaces de prosperar incluso en condiciones difíciles. Incorporar microbios no solo protege tus plantas contra enfermedades: también mejora la fertilidad del suelo, refuerza la salud general y aumenta tanto la cantidad como la calidad de la cosecha.