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Acabas de encontrar unas pocas semillas en el fondo de tu bolsita de hierba recién comprada. ¡Enhorabuena!, son lo que se conoce como semillas de bolsa. Sigue leyendo para descubrir si vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo a cultivarlas, y qué puedes esperar si decides hacerlo.
Índice:
La legalización de la marihuana continúa avanzando poco a poco; pero aun así, en la mayor parte del mundo el cultivo, la posesión y el consumo de hierba siguen siendo delito. Esto significa que la mayoría de los fumadores compran hierba en el mercado negro en lugar de en un dispensario y, por tanto, es muy posible que encuentren semillas en el fondo de la bolsa.
Las semillas de bolsa (es decir, las que se encuentran en el fondo de las bolsitas de hierba) pueden ser una grata sorpresa para algunos cultivadores inexpertos. Al fin y al cabo, son semillas gratis con las que puedes cultivar esa estupenda hierba que te estás fumando ahora mismo, ¿no? Bueno, no exactamente. Cultivar semillas de bolsa es como jugar a la lotería, y podría no ser para todo el mundo. A continuación veremos las ventajas y desventajas del cultivo de semillas de bolsa y lo que puedes esperar si decides hacerlo.
Para sopesar adecuadamente las ventajas y desventajas de cultivar semillas de marihuana de bolsa, es necesario contar con unos conocimientos mínimos sobre genética cannábica y saber en qué consiste un proyecto de cría para crear variedades de marihuana modernas (todo, evidentemente, sin entrar en demasiados detalles técnicos).
En condiciones naturales óptimas, las plantas de marihuana se reproducen cuando una macho poliniza a una hembra. Sin embargo, en algunos casos, las hembras también pueden autopolinizarse (para lo que deben haber desarrollado sacos de polen o estambres además de sus flores pistiladas habituales). La autopolinización suele ocurrir en respuesta al estrés, como el último intento de una planta por asegurar la supervivencia de su especie. Este fenómeno se conoce como hermafroditismo y es bastante común en el cannabis.
Cuando una planta macho poliniza a una hembra, las semillas resultantes contienen una mezcla de información genética de ambas plantas parentales. Este modelo genético se conoce como genotipo. La forma en que una planta de marihuana expresa esta información genética se conoce como fenotipo, y puede variar mucho de una semilla a otra (igual que los hermanos no siempre se parecen mucho). En cambio, las semillas que descienden de una hembra autopolinizada solo conservan la información genética de la planta hermafrodita de la que proceden y, por lo general, presentan una probabilidad alta de convertirse también en plantas hermafroditas.
Entonces, para crear una variedad de marihuana solo se necesita una planta hembra y un poco de polen, ¿verdad? Lamentablemente, la respuesta es no; de lo contrario, todos los cultivadores del planeta tendrían su propio banco de semillas. Los criadores de marihuana dedican mucho trabajo a crear nuevas variedades con ayuda de técnicas especiales como la endogamia, el retrocruzamiento, la autofecundación, etc., para destacar ciertas características relacionadas con la morfología de una planta, la estructura de los cogollos, el tiempo de floración, el aroma, el contenido de cannabinoides, etc.
En otras palabras, las técnicas anteriores permiten a los criadores afianzar la información genética de un determinado cruce, creando semillas que produzcan de forma sistemática fenotipos con las mismas características. Esto es muy importante, ya que ofrece la posibilidad de cultivar plantas con características estables que den lugar a cosechas excelentes de forma constante.
Hoy en día, la mayoría de los cultivadores de marihuana cultivan sinsemilla, es decir, cannabis que no produce semillas. Esto se debe a que las plantas femeninas no polinizadas producen flores más grandes, densas y resinosas, que ofrecen un humo muy potente, aromático y sabroso. En cambio, las plantas polinizadas desarrollan unos cogollos llenos de semillas y de calidad inferior. Así que, si has encontrado semillas entre tu hierba, lo más probable es que hayan acabado ahí de forma inadvertida.
Pero, si las germinas y cultivas, ¿qué puedes esperar? Lo más parecido a una lotería genética.
Las semillas de bolsa contienen la genética de las plantas parentales utilizadas en su proceso de creación (sean las que sean), y lo más probable es que expresen esas características con un alto grado de variación. Esto se debe a que la variedad no ha sido sometida a los distintos procesos que emplean los criadores para definir y estabilizar ciertos rasgos. Por tanto, si encuentras semillas en una bolsa, podrías terminar cultivando un fenotipo alto, larguirucho y de floración lenta junto a otro rechoncho, voluminoso y de floración rápida (aunque ambas semillas provengan del mismo cruce).
¿Qué puedes esperar si cultivas estas semillas?
Cuando un cultivador piensa en las enfermedades más habituales de la marihuana, lo primero que le viene a la mente es la pudrición de las raíces y de los cogollos, y el mildiú polvoriento, es decir, afecciones que producen signos o síntomas visuales en las hojas, flores o raíces de las plantas de cannabis. Sin embargo, también existen bacterias, hongos y viroides (como Rhizopus, Alternaria o el viroide latente del lúpulo) que pueden infectar las semillas de marihuana. Los criadores más respetados realizan pruebas de detección de este tipo de patógenos como parte de su control de calidad. Pero, lógicamente, las semillas de bolsa no se someten a estos controles y, por tanto, conllevan un mayor riesgo de ser portadoras de estos patógenos.
El cultivo de estas semillas puede aumentar el riesgo de que estas y otras enfermedades entren en tu espacio de cultivo y contagien a otras plantas.
¿Quieres asumir el reto de cultivar semillas de bolsa? Puede ser una experiencia interesante para los aficionados al cultivo que saben cómo gestionar sus expectativas. Trata de seguir estos consejos para conseguir los mejores resultados:
La decisión de cultivar semillas de bolsa es algo completamente personal, y dependerá de tu estilo y objetivos de cultivo. Pero es mejor tomarla siendo plenamente consciente de lo que son las semillas de bolsa y en qué se diferencian de las semillas de calidad. Recuerda:
Según nuestra experiencia, los cultivadores veteranos que usan sistemas sofisticados y costosos no suelen cultivar semillas de bolsa, salvo que sientan la tentación de encontrar un fenotipo único. Lamentablemente, el riesgo de cultivar plantas machos, hermafroditas o hembras mediocres no suele merecer la pena para este tipo de cultivadores.
Las semillas de bolsa pueden ser un experimento interesante para los aficionados que suelen cultivar pocas plantas en un armario de cultivo sencillo o al aire libre, ya que no conlleva demasiados gastos y, por tanto, pueden arriesgarse a cultivar semillas de baja calidad.
Pero ten en cuenta que a la hora de cultivar semillas de bolsa no hay nada seguro, así que lo mejor que puedes hacer es experimentar con optimismo y sin demasiadas expectativas. Si lo que quieres es cosechar una hierba de primera calidad, elige semillas de proveedores de confianza o, mejor aún, prueba los híbridos F1, cuyos resultados están garantizados.