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Guía para principiantes: cómo cultivar cannabis a partir de clones
Cultivar desde esquejes es la forma más sencilla de tener éxito con el cannabis. Evita la germinación, gana tiempo y consigue resultados predecibles controlando humedad, luz, riego y cuidados básicos hasta la floración.
Para cualquiera que sienta curiosidad por el cultivo, empezar desde semilla no es la única opción. Cada vez más cultivadores novatos descubren la sencillez de cultivar cannabis a partir de clones. Ofrecen una forma más rápida y predecible de llevar plantas sanas hasta la cosecha.
Un clon es un pequeño esqueje tomado de una planta madre madura y vigorosa. Una vez enraizado, ese esqueje se convierte en una planta completamente nueva, genéticamente idéntica a su progenitora. El resultado es una copia perfecta, con el mismo aroma, sabor, estructura y potencia en cada cultivo.
En comparación con las semillas, los clones eliminan dos grandes focos de incertidumbre: la germinación y la variación genética. Sin riesgo de machos ni plántulas débiles, empiezas el cultivo con una planta de rendimiento garantizado. El proceso de clonar una planta de marihuana fue durante mucho tiempo terreno exclusivo de profesionales, pero con las condiciones adecuadas está totalmente al alcance de principiantes.
Cultivar desde clones no es complicado. Con unas cuantas bases claras, como humedad y luz óptimas, un sustrato limpio y algo de paciencia, tu primera cosecha puede ser tan gratificante como la de un cultivador experimentado.
Crear el ambiente adecuado: la humedad es clave
Como los esquejes recién cortados apenas tienen raíces, no pueden absorber suficiente agua del sustrato. En esta fase dependen sobre todo de la humedad del aire para mantenerse hidratados. Por eso, la humedad para clones es uno de los factores más críticos para el éxito.
Mantén temperaturas en torno a 22–26 °C y una humedad relativa entre el 65 % y el 75 %. Un pequeño higrómetro te ayudará a controlar estos valores. Una humedad alta reduce la transpiración y evita que las hojas delicadas se sequen antes de que las raíces se establezcan.
Después de una o dos semanas, cuando empiecen a desarrollarse las raíces, reduce gradualmente la humedad hasta alrededor del 60 %. Este descenso lento enseña a la planta a regular su propia humedad y refuerza los tejidos para la siguiente fase de crecimiento.
Mantén un movimiento de aire suave alrededor de la copa, lo justo para que las hojas se muevan ligeramente. Una ventilación adecuada dificulta el desarrollo de hongos, fortalece los tallos y distribuye la temperatura de forma uniforme. Evita el viento directo y fuerte, que puede desecar esquejes frágiles.


Requisitos de luz
Los clones están en fase de crecimiento vegetativo desde el primer día, así que la iluminación es sencilla pero crucial. Mantén un horario de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. Días más cortos pueden inducir una floración prematura, mientras que la luz continua puede estresar la planta.
En cuanto a intensidad, 400–600 PPFD es un buen punto de partida para principiantes, suficiente para una fotosíntesis sana sin quemar las hojas. A medida que ganes confianza, podrás aumentar la intensidad o ajustarla según las necesidades de cada variedad.
Entre las opciones de iluminación se incluyen:
- LED: Diodos de espectro completo que ofrecen eficiencia y una cobertura uniforme con un calor mínimo.
- Fluorescentes (T5 o CFL): Ideales para clones jóvenes; producen una luz suave y fría que favorece un crecimiento compacto.
- Luz natural: Válida para cultivo exterior o en alféizar, siempre que las horas de luz sean largas y las condiciones suaves.
Coloca la luz cerca, a unos 20–40 cm de la copa con fluorescentes y 40–60 cm con LED, pero vigila señales de estrés como puntas que se curvan o blanqueamiento. Si las hojas superiores se sienten más calientes que tu mano, sube ligeramente el foco.
Nutrientes y riego
Los clones empiezan su vida más allá de la fase de plántula, pero sus raíces jóvenes siguen siendo delicadas. La alimentación debe ser equilibrada y suave.
Empieza con un fertilizante de crecimiento ligero, rico en nitrógeno, pero en una dosis general moderada. Muchos cultivadores preparan primero una solución al cuarto de la dosis recomendada y aumentan la fuerza poco a poco a medida que la planta se establece. Los sustratos vivos, también llamados sustratos bioactivos, ofrecen una introducción más suave al liberar nutrientes de forma lenta y amortiguar las variaciones de pH.
El exceso de fertilizante es el error más común entre principiantes. Si las hojas se curvan hacia abajo o muestran manchas oscuras y brillantes, reduce la fertilización y enjuaga el sustrato con agua limpia.
Con el riesgo se aplica la misma regla de moderación. Mantén el medio húmedo, pero nunca encharcado. Deja que la capa superior se seque ligeramente antes de volver a regar. Las raíces necesitan agua y oxígeno, y una maceta saturada de agua les priva del aire necesario.
Cuando pases a floración, reduce el nitrógeno y aumenta el fósforo y el potasio para favorecer la formación de cogollos. Un ritmo de alimentación constante mantendrá los clones verdes, fuertes y listos para florecer a tiempo.


Paso a paso: cómo clonar una planta
Aprender cómo clonar una planta es una de las habilidades más gratificantes que puede dominar un cultivador. Incluso si empiezas con clones comprados, entender el proceso refuerza tu confianza e independencia.
La clonación puede hacerse en distintos medios, como tierra, coco o lana de roca, y algunos cultivadores experimentan con cómo enraizar esquejes en agua antes de pasarlos a macetas. Todos los métodos funcionan si se equilibran correctamente la humedad, el oxígeno y la limpieza.
El método que sigue se centra en clonar cannabis en tierra, una opción muy tolerante y sencilla.
En tierra
Sigue estos pasos básicos para iniciar tu cultivo de clones en tierra:
- Prepara la maceta: Rellena un recipiente pequeño con un sustrato ligero y aireado y asegúrate de que drene bien. Riega hasta que la mezcla quede uniformemente húmeda pero no embarrada.
- Inserta el esqueje: Usa un lápiz para hacer un pequeño agujero. Coloca el tallo de forma que al menos un nudo quede bajo la superficie y luego presiona suavemente el sustrato alrededor.
- Crea humedad: Cubre la maceta con una cúpula transparente o una bolsa de plástico para retener la humedad, evitando que el plástico toque las hojas. Mantén una temperatura de 20–25 °C y una humedad alta.
- Pulveriza con regularidad: Rocía las hojas y la superficie del sustrato una o dos veces al día. El objetivo es mantener una humedad constante, sin llegar a la saturación. Levanta la cubierta una vez al día para renovar el aire.
- Comprueba las raíces: Después de 7–14 días, tira suavemente del esqueje. Si notas resistencia, es que se han formado raíces.
- Aclimata poco a poco: Cuando aparezcan hojas nuevas, reduce la humedad durante tres a cinco días para ayudar a la planta a adaptarse.
- Trasplanta con cuidado: Cuando las raíces rodeen la maceta, pasa la planta a un contenedor más grande. Sujétala siempre por el pan de sustrato, no por el tallo.
Espera el tiempo de recuperación: Un ligero estrés por trasplante es normal; el crecimiento puede frenarse unos días. Deja unas dos semanas para que la planta se estabilice antes de podas importantes o de inducir la floración.
Si te preguntas cuánto tarda en crecer una planta de marihuana desde clon, la respuesta varía según la variedad, pero en general puedes cosechar unas tres semanas antes que con plantas nacidas de semilla.
Saber cuándo trasplantar clones de cannabis es fundamental. Espera hasta que las raíces sean blancas, firmes y claramente visibles en el borde del recipiente. Trasplantar demasiado pronto puede frenar el desarrollo, mientras que hacerlo demasiado tarde provoca raíces enmarañadas y bloqueos de nutrientes.
En sistemas hidropónicos se aplican las mismas reglas. Enjuaga con cuidado el sustrato de las raíces antes de pasar el clon a lana de roca o arlita para mantener limpias las líneas de riego.

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Qué debes comprobar
La observación diaria es tu mejor herramienta de cultivo. Los clones muestran su estado de salud con cambios sutiles de color y textura:
- Tono de las hojas: Un verde claro indica crecimiento nuevo; un verde intenso y vivo revela equilibrio nutricional. El amarilleo o las manchas pueden apuntar a problemas de fertilización o pH.
- Estado del tallo: Los tallos firmes y erguidos son sanos. Las bases blandas o pardas suelen indicar falta de oxígeno o exceso de humedad.
- Moho y plagas: El vello blanco o las telarañas señalan mala ventilación o contaminación.
Si aparecen problemas, revisa primero los factores ambientales básicos. La mayoría de los fallos relacionados con la humedad para clones, como el exceso de riego o el aire estancado, pueden corregirse antes de causar daños graves.
Comprender el porqué
Tendrás mucho más éxito con los clones cuando entiendas la lógica que hay detrás de cada condición de cultivo:
- Humedad: Los clones recién cortados o trasplantados no pueden absorber suficiente agua por las raíces, así que una humedad ambiental alta les permite mantenerse hidratados a través de las hojas.
- Luz: Una luz intensa pero indirecta favorece la fotosíntesis y el desarrollo de raíces, mientras que un exceso de intensidad aumenta el estrés hídrico.
- Temperatura: El calor moderado acelera la actividad enzimática y la división celular. Por debajo de 20 °C, el enraizado se ralentiza drásticamente.
- Flujo de aire: Un movimiento suave previene infecciones fúngicas y refuerza los tallos.
Oxígeno: Las raíces sanas dependen de los poros de aire del sustrato. El exceso de agua bloquea el oxígeno y favorece la pudrición radicular.
Al equilibrar estos factores, creas un entorno que prácticamente garantiza el éxito. Muchos principiantes descubren que, una vez estabilizados estos fundamentos, los clones casi crecen solos.
Cuidados de clones para principiantes: del esqueje a la planta fuerte
Muchos cultivadores novatos se preguntan: «Acabo de comprar un clon, ¿y ahora qué?». El primer paso es la paciencia. Incluso un clon perfectamente enraizado necesita unos días para adaptarse a su nuevo entorno.
Mantén una humedad alta y una luz moderada durante la primera semana. Cuando veas brotes nuevos, trata tu clon como una planta joven en crecimiento vegetativo. Fertiliza de forma suave, poda con cuidado e introduce poco a poco técnicas de entrenamiento como la poda apical o el doblado de bajo estrés.
Un buen cuidado de clones se basa en la observación. Fíjate en el color de las hojas, comprueba el sustrato antes de regar y mantiene el ambiente estable. Evita descensos bruscos de temperatura o cambios drásticos en la fertilización.
En las semanas siguientes notarás tallos más fuertes, hojas más anchas y un crecimiento vertical más rápido. Cuando la planta llene la maceta y muestre brotes vigorosos, estará lista para la floración.
Usar clones tiene otra ventaja oculta: te enseña estructura. Como cada clon crece de forma predecible, puedes perfeccionar tus técnicas experimentando con la luz, los nutrientes o la poda sin la variable genética.
Para principiantes, aprender cómo cultivar clones tiene menos que ver con exprimir el rendimiento y más con interiorizar el ritmo de desarrollo de la planta. Cuando ese ritmo te resulte familiar, cultivar se vuelve algo natural e intuitivo.
Por qué tiene sentido cultivar a partir de clones
Empezar desde clones combina fiabilidad y eficiencia. Eliminas los machos, acortas tiempos y trabajas con genéticas que ya sabes que funcionan. Para aficionados y pequeños cultivadores de interior, esto se traduce en menos sorpresas y más confianza.
Los clones también abren la puerta a la sostenibilidad. Si mantienes una planta madre, podrás tomar futuros esquejes y conservar una biblioteca personal de variedades favoritas. Con el tiempo esto ahorra dinero y garantiza el acceso a genéticas que quizá ya no estén disponibles en el mercado.
Tanto si cultivas en tierra, coco o hidro, estos clones te dan ventaja para conseguir cosechas constantes y llenas de sabor. Con un entorno limpio, una humedad estable y unos cuidados atentos, tus plantas responderán de forma rápida y predecible.
