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Se prevé que el sector del cannabis a nivel mundial alcance una facturación de más de 68.000 millones de dólares[1] en 2025 y de 75.000 millones de dólares en 2029. Gracias a la constante innovación, en este sector se han desarrollado todo tipo de productos para el cultivo de marihuana. Entre estos, los bioestimulantes son cada vez más populares, especialmente entre quienes buscan métodos ecológicos y sostenibles para potenciar el crecimiento de las plantas.

Según el Consejo Europeo de la Industria de Bioestimulantes, se estima[2] que el sector de los bioestimulantes alcanzó un valor de mercado de hasta 2000 millones de dólares en 2022, con una tasa de crecimiento anual del 10-12%. Aunque los bioestimulantes son una novedad reciente en el mundo del cannabis, la agricultura convencional lleva un tiempo usando estas tecnologías con buenos resultados, y hay una gran cantidad de artículos científicos que demuestran su eficacia.

A continuación, te guiaremos por el fascinante mundo de los bioestimulantes del cannabis, con especial atención a los ácidos orgánicos. Cuando acabes de leer este artículo, ¡puede que cambies para siempre la forma en que cultivas marihuana!

¿Qué son los bioestimulantes del cannabis?

El propio nombre “bioestimulante” da una pista sobre lo que ofrecen estos productos, ya que “bio” se refiere a “vida” mientras que “estimulante” hace referencia a un crecimiento acelerado.

Según la normativa de la Unión Europea, los bioestimulantes vegetales se definen[2] como “un producto que estimula los procesos de nutrición de las plantas independientemente del contenido nutricional del producto, con el único objetivo de mejorar una de las siguientes características”. Estas características incluyen:

  • Eficacia en el uso de nutrientes
  • Tolerancia al estrés abiótico
  • Características de calidad
  • Disponibilidad de los nutrientes contenidos en la tierra o la rizosfera
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Otra definición[3], realizada por Oleg Yakhin en su artículo publicado en Frontiers en 2017, describe los bioestimulantes vegetales como “un producto formulado de origen biológico que mejora la productividad de las plantas gracias a las propiedades novedosas o emergentes del conjunto de sus componentes, y no como una única consecuencia de la presencia de nutrientes esenciales para las plantas, reguladores del crecimiento vegetal o compuestos protectores de las plantas”.

Como puedes ver, los bioestimulantes no impulsan el crecimiento de las plantas del mismo modo que los fertilizantes, que proporcionan una serie de macronutrientes y micronutrientes que las plantas necesitan para realizar sus procesos fisiológicos. Más bien, la finalidad de los bioestimulantes es aplicar organismos vivos, o sus productos, para ayudar a las plantas a aprovechar los nutrientes presentes en la tierra y permitirles tolerar mejor el estrés ambiental.

Bioestimulantes microbianos

Los bioestimulantes microbianos consisten en organismos enteros o sus esporas. A veces también se clasifican como biofertilizantes, según su mecanismo de acción y sus interacciones con las plantas. Las investigaciones en este ámbito siguen en fases relativamente iniciales, teniendo en cuenta la gran cantidad de microorganismos potencialmente beneficiosos que se encuentran en la naturaleza. No obstante, algunos hongos y bacterias han mostrado resultados prometedores.

Inocular las raíces del cannabis con hongos micorrícicos podría ayudar a mejorar la absorción de nutrientes y la gestión del estrés. Estos organismos se fusionan con las raíces de la marihuana y actúan como una extensión del sistema radicular, a cambio de recibir exudados de la planta, como azúcares y aminoácidos.

Una investigación[4] publicada en 2022 demuestra que la aplicación de hongos micorrícicos podría mejorar tanto el crecimiento del cáñamo como su contenido en cannabinoides.

Los trichoderma son otro grupo de hongos que también están cobrando fuerza como bioestimulantes del cannabis. Un artículo[5] de 2021 sugiere que los trichoderma favorecen la inoculación de las raíces por parte de los hongos micorrícicos. La aplicación combinada de ambos bioestimulantes en las plantas de cáñamo produjo un aumento del número de cogollos, así como un aumento de la productividad y del contenido de CBD.

Las algas también parecen prometedoras como bioestimulantes para las plantas. El Dr. James White, un conocido investigador de endófitos, ha descubierto que algunos tipos de algas funcionan básicamente como un “taxi” en el suelo, donde recogen células bacterianas que contienen nitrógeno y las transportan hacia las raíces de las plantas para que las procesen.

En un estudio[6] de 2022 se puso a prueba el efecto de la espirulina (un alga) en el crecimiento de las plantas de cáñamo y la absorción de metales pesados por parte de estas plantas en el ámbito de la biorremediación. Los autores señalaron que “la espirulina actúa como promotor del crecimiento de las plantas de cáñamo”.

Ácidos húmicos y ácidos fúlvicos

Los ácidos húmicos y fúlvicos son bioestimulantes no vivos. Al ser ácidos orgánicos, son compuestos a base de carbono que se forman por la descomposición de plantas y materia animal en el suelo. Sin embargo, una vez que la materia orgánica alcanza esta fase de descomposición, se vuelve prácticamente resistente a la descomposición por parte de los microbios.

En general, las sustancias húmicas ofrecen varias ventajas para la salud de las plantas y la tierra, entre ellas:

  • Más microbios en el suelo: Las sustancias húmicas aumentan el número de microorganismos en la tierra, lo que tiene un efecto positivo en la mejora del ciclo de los nutrientes y la descomposición de la materia orgánica.
  • Mayor capacidad de intercambio catiónico: Este término hace referencia a la cantidad de nutrientes que puede retener la tierra, lo que mejora el acceso a los nutrientes y su absorción por parte de las plantas.
  • Amortiguación del pH: Esto se refiere a la capacidad del suelo para resistir las fluctuaciones del pH, permitiéndole permanecer en el rango óptimo de pH para la mayoría de plantas.
  • Mejor estructura del suelo: Cuando mejora la estructura del sustrato, mejora su aireación y drenaje, dos factores que influyen considerablemente en la salud y el desarrollo de las plantas.

Se ha descubierto que los ácidos húmicos potencian la fotosíntesis, que es la base del crecimiento y la productividad de las plantas. Por ejemplo, la aplicación foliar de ácidos húmicos en el césped aumentó significativamente[7] la producción de pigmentos fotosintéticos y carotenoides.

Al parecer, los ácidos húmicos también pueden manipular las vías hormonales de las plantas. Algunos estudios[2] demuestran que afectan a la expresión de aproximadamente 1000 genes en plantas seleccionadas, e influyen en numerosas vías metabólicas relacionadas con la fotosíntesis, el metabolismo celular y las hormonas vegetales.

Los ácidos fúlvicos también parecen prometedores como ácidos orgánicos bioestimulantes para las plantas de cannabis. A nivel científico, principalmente se han realizado estudios que administran estas sustancias junto con otros bioestimulantes, como ácidos húmicos y extractos de algas marinas; aunque algunos estudios los han probado de forma aislada.

Por ejemplo, en un estudio[8] de 2021 se descubrió que los ácidos fúlvicos reducen el tiempo de germinación, disminuyen los daños causados por enfermedades en los brotes y aumentan la productividad y la calidad de la cosecha en cereales de primavera y la remolacha azucarera.

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Aminoácidos y péptidos

Los hidrolizados de proteínas, producidos mediante la hidrólisis de biomasa residual, son una fuente sostenible de bioestimulantes. Estas sustancias se descomponen en aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas) y péptidos (cadenas cortas de aminoácidos). Los aminoácidos y péptidos modulan el crecimiento y la vitalidad de las plantas mediante varios mecanismos, como por ejemplo actuar de forma similar a las hormonas vegetales.

La aplicación foliar de hidrolizados de proteínas tiene como resultado la proliferación[9] de bacterias que viven en la superficie de las plantas. Esta aplicación también ayuda a aumentar la densidad y longitud de las raíces laterales, y estimula la actividad enzimática.

El rol de los ácidos orgánicos en el crecimiento del cannabis

Se prevé que, en el futuro, varios tipos de bioestimulantes contribuirán a la producción sostenible de marihuana, entre ellos los ácidos orgánicos.

Aunque existen muchos artículos sobre los beneficios de los ácidos orgánicos bioestimulantes para la agricultura en general, hay pocos estudios que hayan examinado sus efectos en el cannabis. No obstante, es probable que actúen de forma similar, mejorando la absorción de nutrientes y los principales parámetros de crecimiento de las plantas.

Así que, ¿cómo benefician exactamente los ácidos orgánicos a las plantas de marihuana? Una investigación de 2024 demuestra que la aplicación de ácido húmico, tanto de forma aislada como en combinación con biofertilizantes, aumentaba[10] la altura de la planta de cannabis, así como su contenido de clorofila, su eficacia fotosintética y su biomasa por encima del suelo. Los autores de dicha investigación parten de la hipótesis de que los ácidos húmicos estimulan la actividad de los biofertilizantes microbianos, creando una sinergia entre ambos.

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Tendencias actuales e innovaciones en los bioestimulantes del cannabis

Además de los bioestimulantes ampliamente usados en la agricultura, y de los que están ganando terreno en el cultivo de marihuana, están surgiendo varias innovaciones que ofrecen más opciones a los cultivadores para potenciar el crecimiento de sus plantas.

Nuevas tecnologías bioestimulantes

La idea de nanopartículas y nanomateriales[11] como bioestimulantes para las plantas está ganando terreno entre algunos ámbitos científicos. Cuando se aplican en pequeñas cantidades, estas sustancias potencian el crecimiento de las plantas, modifican la calidad nutricional de los cultivos y les ayudan a tolerar el estrés.

Además de mejorar la biodisponibilidad de los nutrientes en el suelo, la nanotecnología podría funcionar como vector para liberar cantidades de nutrientes y otros productos en la tierra de forma controlada y programada.

Aunque resulten interesantes, estas tecnologías están destinadas a la producción patentada y a aplicaciones centralizadas con grandes presupuestos. Muchos cultivadores de marihuana prefieren un enfoque más autogestionado del cultivo, lo que está contribuyendo a la popularización de tendencias como los extractos vegetales fermentados.

Los extractos fermentados son líquidos que se obtienen de la fermentación de plantas mediante la acción de microorganismos beneficiosos, normalmente bacterias ácido-lácticas. Estos extractos son fáciles de hacer en casa y ofrecen varias ventajas: mejoran[12] la funcionalidad del ecosistema del suelo, favorecen las interacciones microbianas, mejoran la disponibilidad de nutrientes y refuerzan la tolerancia de las plantas al estrés.

Descubre los últimos avances en tecnologías de bioestimulantes y su potencial para revolucionar el cultivo de cannabis para mejorar los rendimientos y la salud de las plantas.

Uso de bioestimulantes en el cultivo de marihuana

Los bioestimulantes son cada vez más populares en el mundo de la marihuana y muchos cultivadores profesionales ya están usando estos productos para mejorar la productividad y la calidad de sus cosechas.

Asimismo, un número creciente de cultivadores caseros están optando por comprar productos bioestimulantes, mientras que otros están preparando sus propios remedios.

A medida que la ciencia investiga más al respecto, el uso de bioestimulantes microbianos y no vivos está despertando un gran interés en el mundo del cannabis, al ofrecer una forma más novedosa y natural de cultivar marihuana.

El futuro de los bioestimulantes del cannabis: ¿qué podemos esperar?

A medida que los bioestimulantes siguen ganando terreno en el sector del cannabis, es de esperar que se produzca una gran expansión del mercado, cambios en la normativa y un aumento de la investigación y el desarrollo.

Explora el emocionante futuro de los bioestimulantes para cannabis, incluyendo las innovaciones esperadas, las tendencias de investigación y su impacto potencial en las prácticas de cultivo y los rendimientos.

Cambios en la normativa y expansión del mercado

A medida que crece el sector cannábico, las normativas están evolucionando para garantizar la seguridad de los productos y la sostenibilidad medioambiental. Cada vez se insiste más en la importancia de reducir el uso de productos sintéticos para el cultivo, con lo cual podría aumentar el uso de bioestimulantes ecológicos.

Los análisis de mercado predicen un crecimiento considerable del sector de los bioestimulantes, impulsado por la demanda de métodos de cultivo sostenibles y productos de marihuana de alta calidad.

Investigación y desarrollo en bioestimulantes

La investigación científica es crucial para descubrir todo el potencial de los bioestimulantes para el cultivo de marihuana. Recientemente se han realizado estudios para comprender los mecanismos concretos por los que los ácidos orgánicos y otros bioestimulantes potencian el crecimiento de las plantas.

Por ejemplo, una investigación sobre la función de los ácidos orgánicos producidos por las bacterias del suelo ha aportado información sobre su capacidad para solubilizar los fosfatos, mejorando así la disponibilidad de nutrientes para las plantas.

De cara al futuro, cabe esperar que dispondremos de productos tecnológicamente más sofisticados, así como de herramientas cuantitativas basadas en IA que permitirán a los cultivadores conocer la composición microbiana de su tierra.

Guía práctica: Cómo usar bioestimulantes para cultivar marihuana

Así que, ¿cuáles son los mejores bioestimulantes para el cannabis? ¿Y cómo deberías usarlos en tu propio cultivo? Las respuestas a estas preguntas varían en función de tus circunstancias.

Cómo elegir el bioestimulante adecuado

Elegir el bioestimulante más adecuado para tu cultivo depende de tus necesidades. Para mejorar la salud de las plántulas y la absorción de nutrientes durante la fase vegetativa, aplica trichoderma y hongos micorrícicos.

Durante la fase vegetativa, utiliza ácidos orgánicos para favorecer el desarrollo de unas raíces sanas y mejorar la estructura del suelo.

Por otro lado, para aumentar la tolerancia al estrés y la resistencia de tus plantas, aplica aminoácidos y péptidos a lo largo del ciclo de cultivo. Estos son especialmente útiles en periodos de sequía, olas de calor o cuando el pH está desequilibrado.

Métodos de aplicación

Los bioestimulantes para el cannabis se pueden usar de dos maneras: aplicándolos por vía foliar (en las hojas) o empapando la tierra.

Algunas sustancias, como los extractos de algas y los hongos micorrícicos, funcionan mejor cuando se aplican en forma líquida directamente en la tierra, donde ayudan a impulsar el ciclo y la absorción de nutrientes.

En cambio, los ácidos orgánicos y los aminoácidos son excelentes para aplicar sobre las hojas, donde penetran rápidamente en los tejidos de la planta.

Bioestimulantes del cannabis: Abriendo camino hacia un futuro más sostenible

Los bioestimulantes están destinados a convertirse en un componente importante del sector de la marihuana. Ya sea en cultivos caseros o comerciales, estos productos mejoran el vigor y la productividad de las plantas, a la vez que reducen la dependencia de productos sintéticos.

Los bioestimulantes van de la mano de los fertilizantes ecológicos, ya que mejoran la absorción y la eficacia de estos últimos. Y aunque algunos bioestimulantes se fabrican en laboratorios, otros son fáciles de hacer en casa, por lo que permiten a los cultivadores ser más autosuficientes y sostenibles.

Los ácidos orgánicos probablemente liderarán este nuevo enfoque. Al ser productos totalmente naturales, tienen gran potencial para mejorar la salud de la tierra y la productividad de las plantas mediante aplicaciones foliares y empapando la tierra.