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By Max Sargent Reviewed by: Gonzalo Díaz-Cacho

La clave para cultivar marihuana de alta calidad en exterior es una tierra sana. La tierra es el medio de donde las plantas extraen los nutrientes que les permiten crecer, florecer y sobrevivir. Sin embargo, la tierra no contiene una cantidad infinita de nutrientes. Con el tiempo, a medida que se cultivan plantas en un mismo lugar, los nutrientes del suelo se van agotando.

El compostaje es una forma excelente de devolver los nutrientes al suelo[1]. El compost no solo te ahorra el dinero de los fertilizantes, sino que también te aporta la satisfacción de saber exactamente con qué está elaborado. Compostar en casa no es caro. Se puede preparar compost de gran calidad a partir de restos de comida, desechos de cocina y restos del jardín, como restos de poda, hierbajos o virutas de madera.

Compostaje Para Cultivo Cannábico

POR QUÉ DEBERÍAS COMPOSTAR

El compostaje es una forma barata y efectiva de mantener tu cultivo de marihuana en condiciones excelentes. El suelo no se limita a ser una fuente de nutrientes, sino que es todo un ecosistema viviente que sirve de hábitat para muchas formas de vida diferentes. La tierra alberga microorganismos beneficiosos que trabajan con el cannabis, protegiéndolo y ayudándolo a crecer.

Por ejemplo, los nematodos depredadores[2] pueden defender las raíces de las plantas contra los nematodos parásitos[3]; o las micorrizas forman una relación simbiótica con las raíces de las plantas, ayudándolas a transformar la materia orgánica en nutrientes digeribles. Los microorganismos del suelo pueden marcar la diferencia entre una marihuana buena y una extraordinaria. La clave de su presencia es una tierra rica y sana, ¡que puede crearse añadiendo compost!

El compost actúa como un fertilizante natural de liberación lenta, que no conlleva el riesgo de quemar las plantas como hacen los fertilizantes químicos. La presencia de compost también contribuye a mejorar la estructura el suelo y aumentar la circulación de aire. En definitiva, el compost aporta gran cantidad de nutrientes a la tierra, aumentando el tamaño de las plantas y la cosecha.

CÓMO EMPEZAR A COMPOSTAR EN CASA

El primer paso para empezar a hacer compost en casa es montar una compostera. Puedes comprar una o puedes construirla fácilmente con materiales reciclados, como palets de madera que no hayan sido tratados. Los contenedores con tapa retienen la humedad y ayudan a acelerar el proceso de descomposición.

Ubica la compostera en una zona del jardín donde reciba sombra durante gran parte del día. Esto ofrecerá las condiciones óptimas de trabajo para los microorganismos que descomponen la materia orgánica. Si es posible, coloca la compostera sobre una superficie natural como hierba o tierra, para permitir un buen drenaje y el acceso de microorganismos.

Resulta bastante práctico tener un segundo cubo o recipiente en la cocina. Puedes tirar los restos de comida directamente en este y vaciarlo en la compostera exterior cuando esté lleno. Puedes añadir todo tipo de desechos de cocina y restos de comida, desde cáscaras de huevo y restos de verdura, a bolsitas de té y trozos de pan.

Compostar En Casa

BUSCAR EL EQUILIBRIO ADECUADO

Es importante equilibrar el tipo de materiales que añades a la compostera. Esto asegurará que las bacterias y microorganismos descomponedores dispongan del ambiente adecuado para llevar a cabo su función.

A la hora de hacer compost, hay dos categorías principales de materiales[4]. La primera categoría, llamada materiales “verdes”, incluye hojas frescas, hierba cortada, o restos de fruta y verdura. La segunda categoría se conoce como materiales “marrones”, e incluye ramitas o virutas de madera, hojas secas, papel, cartón y paja.

MANTENER LA PILA DE COMPOST

La pila de compost no requiere mucho trabajo; la mayor parte del tiempo, puedes dejarla en manos de los microorganismos. Sin embargo, voltear el compost de vez en cuando contribuye a acelerar el proceso de descomposición.

Usa una horca u horquilla para darle la vuelta al compost cada pocas semanas. Esto permite la aireación del material, necesaria para su descomposición.

Tu compost estará listo para usar tras un período entre 6 meses y 2 años[5]. Aunque desde luego esto es mucho tiempo, tus plantas de marihuana agradecerán tu dedicación. Sin duda te devolverán el favor, en forma de cosechas abundantes y flores potentes.

Sistema de Compostaje en 3 Bandejas

PROBLEMAS POTENCIALES

A veces el compost puede volverse viscoso y producir un olor desagradable[6]. Esto es un síntoma de falta de aire y exceso de agua. Protege tu pila de compost de la lluvia y asegúrate de darle la vuelta con frecuencia.

La situación opuesta a esta también puede ser un problema. Si la pila de compost está demasiado seca, no se produce mucha descomposición. Si esto sucede, añade más materiales verdes a la mezcla.

USAR LOMBRICES EN EL COMPOSTAJE

Algunos jardineros/agricultores usan lombrices para convertir los restos de cocina y jardín en un compost potente y un abono líquido. Estos desechos se añaden a un contenedor de lombrices, que consta de 2 compartimentos. El compartimento superior es donde las lombrices trabajan descomponiendo la materia orgánica, y el inferior sirve para recolectar el compost refinado. Este compost, o humus de lombriz, no sustituye al compost tradicional, sino que sirve para aumentar aún más el valor nutricional de tu compost.

Al compostar con lombrices, debe vigilarse atentamente el valor del pH y los niveles de humedad. 

Lombrices En El Compostaje

TÉ DE COMPOST

El té de compost[7] es una forma fácil y efectiva de aplicar los nutrientes del compost a tus plantas de marihuana. Este té puede usarse como pulverizador foliar, ayudando a las plantas a combatir enfermedades. También puede aplicarse directamente a la tierra.

La siguiente receta de té de compost fue creada por la bióloga del suelo Dra. Elaine Ingham, de Soil Foodweb Inc. Para empezar el proceso, airea 95 litros de agua para eliminar el contenido de cloro. A continuación, añade 2 cucharaditas de solución de ácido húmico, que puedes extraer de tu propio compost.

Mezcla 2 cucharadas soperas de ácido húmico en 2 tazas de agua, y añádelas al té. Mezcla ½ taza de kelp con 5 tazas de agua, e incorpora esta mezcla al té. A continuación, obtén 2kg de compost de gran calidad y añádelos a la mezcla. Este compost aportará microorganismos beneficiosos al té, como hongos y nematodos.

Descargo de responsabilidad:
Este contenido está destinado únicamente a fines educativos. La información ofrecida procede de investigaciones recopiladas por fuentes externas.

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